¿Qué es el aceite de orujo de oliva?


¿Qué es el aceite de orujo de oliva?

El aceite de orujo de oliva es un aceite vegetal que proviene del olivar utilizado tanto para el consumo en los hogares como para el consumo en la hostelería e industria alimentaria. Es uno de los cuatro tipos de aceite procedentes del olivar, diferenciándose de las otras categorías -virgen extra, virgen y aceite de oliva- por el momento y método de extracción.

El proceso de extracción del aceite de orujo de oliva fue ideado en 1882 en Puente Genil (Córdoba) por Emilio Reina Montilla. En la misma localidad instaló, junto al ingeniero francés Lemonier, la primera extractora dedicada a dicho proceso, que sirvió de modelo para el perfeccionamiento e implantación de otras muchas extractoras de aceite de orujo de oliva en la localidad cordobesa.

En sus más de 100 años de historia, el proceso de extracción del aceite de orujo ha ido evolucionando hasta convertirse en una pieza imprescindible dentro de la actividad oleícola. En la cadena de producción de los aceites procedentes del olivar, el sector orujero posibilita un ciclo eficiente y sostenible medioambientalmente que contribuye al aprovechamiento del 100% de la aceituna. 

El aceite de orujo de oliva se enmarca en el grupo de las grasas vegetales. Un 98% de su composición es la denominada fracción saponificable o combinación de diferentes ácidos grasos. Se trata de ácidos grasos monoinsaturados que se recomienda sean los más consumidos dentro de una dieta equilibrada para cubrir entre el 13% y el 18% de la energía total del día. El ácido oleico es el tipo predominante y puede llegar a representar hasta el 85% de su composición.

El 2% restante de la composición del aceite de orujo de oliva es la fracción insaponificable, formada por compuestos bioactivos (sustancias químicas presentes en pequeñas cantidades en determinados alimentos, con efectos a menudo beneficiosos para la salud), algunos de ellos exclusivos de este tipo de aceite. Entre ellos se encuentran los ácidos y alcoholes triterpénicos, el escualeno, los tocoferoles, los esteroles, los alcoholes grasos y los compuestos fenólicos.


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