El café como factor de desarrollo económico
Los altibajos del mercado en 1830 incitan a los empresarios de Brasil a pasar de la explotación del oro a la del café, hasta entonces reservada al consumo local. Esta decisión se acompaña de importantes inversiones, como, por ejemplo, la creación de una red de cerca de 7000 km de ferrocarril entre 1860 y 1885 para hacer frente a la enorme necesidad de mano de obra. Las principales regiones afectadas por este desarrollo son las de Río de Janeiro y los estados del sur del país de tierras fértiles y clima propicio (São Paulo), principales productoras de café.
Entre la abolición de la esclavitud en 1888 y el año 1928, la fuerza de trabajo es reforzada por una inmigración masiva: 3,5 millones de trabajadores llegan desde Portugal, Italia, España, Alemania y Japón principalmente. Solo en São Paulo, el número de nuevos inmigrantes es de 201 000 entre 1884 y 1890 y más de 733 000 entre 1891 y 1900. El rendimiento de la producción de café aumenta. En 1880, São Paulo produjo 1,2 millones de sacos (25 % de la producción total), en 1888, 2,6 millones (40 %) y en 1902, 8 millones de sacos (60 %). El café representa entonces un 63 % de las exportaciones del país. Las ganancias logradas por este comercio permiten un crecimiento económico sostenido en el país.
El plazo de cuatro años entre la plantación de un cafeto y la primera cosecha amplía las variaciones estacionales en el precio del café. El Gobierno se ve pues obligado, hasta cierto punto, a mantener los precios con subvenciones en períodos de fuerte producción. Esta política de mantenimiento de los precios tiene como efecto negativo una inflación de las plantaciones en São Paulo, dando como resultado una enorme superproducción a principios de los años 1930.
En Colombia el café es el primer producto de exportación, base de la economía nacional y por tanto la fuente de ingresos para muchas familias, especialmente del Eje Cafetero en el centro del país. Colombia exporta su café a países como Estados Unidos, Japón, Alemania, Portugal, Suecia, España y Ecuador, entre otros países consumidores, y es el primer productor de café suave. Para un país como este, en proceso de desarrollo económico, es ventajoso comercializar productos que tengan el mayor valor agregado posible, no solo por los mayores ingresos de divisas que representa, sino también por la mayor contribución al incremento del empleo, la formación de capital y el avance tecnológico. Colombia desde hace más de veinte años exporta cafés procesados. Hoy en día los tipos de cafés elaborados en el país son: café tostado y molido, soluble, liofilizado y extracto de café. La industria torrefactora la constituyen alrededor de 129 empresas, doce de las cuales prácticamente conforman «la gran industria» y manejan casi el 85 % de la producción destinada al consumo interno. El café colombiano también es transformado y utilizado por las industrias de confites, gaseosas, medicamentos y cosméticos.
En Perú el mejor café, por sus características, su aroma y los reconocimientos internacionales, es él producido en la provincia de Jaén, al noroeste del país.
Fuente: Wikipedia