Efectos especiales de las películas de Star Wars


Efectos especiales de las películas de Star Wars

El sector de los efectos especiales era casi inexistente en Hollywood cuando George Lucas empezó a rodar Star Wars: Episodio IV – Una nueva esperanza. Por este motivo, Lucas decidió crear su propia compañía de efectos especiales. La compañía —bautizada como Industrial Light & Magic (ILM)— alquiló una gran almacén en el valle de San Fernando, Los Ángeles, y se puso a trabajar en el diseño de las maquetas, las tomas con efectos y el equipo. La tecnología necesaria para conseguir los efectos que Lucas quería no existía, así que hizo falta mucho trabajo de investigación y desarrollo antes de poder rodar un solo fotograma. Esta larga fase de preproducción se convirtió en un tema controvertido en los meses previos al rodaje principal de La guerra de las galaxias, ya que se retrasaron cientos de tomas mientras se perfeccionaba el equipo.

El primer dispositivo que creó la compañía fue la cámara de control de movimiento o cámara Dykstraflex. Se trataba de la primera cámara totalmente controlada por ordenador que permitía siete ejes de movimiento y podía reproducir los mismos movimientos en tomas múltiples. Tal innovación resultó crucial para producir las tomas del Halcón Milenario huyendo de la Estrella de la Muerte o del desfile aéreo del Destructor Estelar con el que comienza la película.

También fue fundamental conseguir el aspecto gastado y realista que Lucas quería que tuviera aquella lejana galaxia. Los maquetistas de ILM y el departamento artístico británico, dirigidos por el diseñador de producción John Barry, diseñaron las maquetas, los decorados y los vehículos de tamaño real con quemaduras y manchas de polución, lo que les daba credibilidad sobre el telón de fondo irreal de astros, planetas y una estación espacial del tamaño de la Luna. A principios de 1977, cuando solo faltaban unos meses para el estreno de la película, las tomas de los efectos especiales aún iban con retraso. Sin embargo, ILM entregó el género justo a tiempo y, finalmente, tanto el público como la crítica recibieron con entusiasmo los pioneros efectos de La guerra de las galaxias.

La primera película de la saga Star Wars combinó modernos efectos especiales de la época con lo tradicional: las miniaturas que se movían manualmente. En este largometraje de Lucas había maquetas a tamaño real como, por ejemplo, una de parte del Halcón Milenario cuyo movimiento simulaban varios operarios agitándola. Además, también se construyeron maquetas en miniatura y las máscaras que llevaban algunos personajes, en especial los que aparecían en la escena de la cantina de Mos Eisley.

El personaje de Yoda, el Maestro Jedi, es un buen ejemplo para analizar la evolución de los efectos especiales en Star Wars –y en la propia historia del cine- puesto que aparece en cinco de la seis primeras películas de la saga. Su primera aparición fue en El Imperio contraataca (1980) y fue también la más primitiva en cuanto a los efectos. En esta película, Yoda es una marioneta movida por hilos, creada por Stuart Freeborn y accionada por Frank Oz, quien puso voz al Maestro Jedi en todas las películas.

Los escenarios de Dagobah estaban situados metro y medio por encima del plató para que Oz, escondido, pudiera manejar al pequeño Yoda, que no realizaba movimientos demasiado complejos en esa película ni en la siguiente, El retorno del Jedi. El caso de Yoda, en la trilogía original, fue similar al de otros personajes como Jabba el Hutt, que también era una marioneta gigante.

En La amenaza fantasma (1999), Yoda pasó a ser un personaje creado por ordenador, igual que muchos otros como Jar Jar Binks. Los cambios en su aspecto físico son notables porque se supone que el personaje es un poco más joven y no lleva 20 años exiliado en un planeta pantanoso. No obstante, sin tener en cuenta el factor más puramente estético, los cambios más importantes de Yoda fueron a nivel de movimientos. De ser un personaje más bien parado, pasó a ser un personaje mucho más activo en Star Wars Episodio II: El ataques de los Clones. En su duelo contra el conde Dooku, su antiguo padawan, descubrimos que Yoda es capaz de moverse muy rápido y dar increíbles saltos –pese a su baja estatura- mientras empuña el sable láser.

Para El Imperio contraataca se creó un Halcón Milenario a escala real. El decorado pesaba 23 toneladas y medía casi 5 metros de altura y 20 de diámetro. En los episodios I, II y III la mayor parte de los decorados se realizaron con ordenador, y cuando estos tenían una base real, como la plaza de España de Sevilla, que simula ser un edificio del planeta Naboo en El ataque de los clones, las imágenes eran retocadas digitalmente.

A diferencia del Episodio IV, que tan solo tenía 365 tomas con efectos especiales, el Episodio III: La venganza de los Sith, cuenta con 2200 tomas con efectos especiales. Es más, en dicha película, todos los planos fueron retocados digitalmente, independientemente de que fueran combates de naves o escenas de diálogo.

La Dykstraflex no fue la única creación tecnológica creada a propósito de la saga Star Wars. En la trilogía original, para animar a las criaturas, ILM mejoró la técnica del «Stop-motion» y nació así el “Go motion”, donde se seguían utilizando los modelos usados en la animación tradicional pero con las articulaciones motorizadas para que realizasen los movimientos en el tiempo en el que la cámara rodaba un fotograma de la película. Más tarde, se difuminaron los contornos para dar una mayor sensación de velocidad.

La técnica empleada para los vehículos siguió siendo la del «Stop motion», con el movimiento de los vehículos realizado de forma manual fotograma a fotograma. En el ataque de los AT-AT en el planeta nevado Hoth, por ejemplo, cada movimiento de una pata del vehículo implicaba muchos movimientos manuales ya que un segundo de grabación comprende 24 fotogramas.

En 2012, Disney compró Lucasfilm y los derechos de las películas a Lucas por 3125 millones de euros y se puso manos a la obra para relanzar la saga Star Wars. A pesar de que el director del Episodio VII: El despertar de la Fuerza, J. J. Abrams, dijo que quería volver al espíritu de la trilogía clásica, ni Abrams ni Disney renunciaron a las nuevas tecnologías a la hora de crear efectos. La actriz Lupita Nyong’o, por ejemplo, dio vida a un personaje llamado Maz Kanata, hecho por medio de la técnica del “motion capture” o captura del movimiento. Dicha técnica consiste en recubrir la cara y el traje del actor de sensores para captar todos sus gestos y movimiento, que luego se trasladan a un personaje creado por ordenador.

Otro de los efectos especiales utilizado en la primera trilogía de Star Wars fue el matte painting, una técnica artística muy utilizada para crear escenarios. Consiste en aplicar capas de pintura opaca (generalmente óleo) sobre un cristal o panel de plexiglás para después iluminar el resultado desde atrás. Las zonas que se deseen más iluminadas se cubren con tonos más claros o con menos cantidad de pintura y, las más oscuras, se saturan de pigmento para que no pase la luz. Si el escenario tiene focos o puntos de luz como estrellas, se dejan pequeños puntos sin pintura para que dejen pasar la luz. En el caso de Star Wars, los recónditos interiores de la Estrella de la Muerte o algunas de las escenas en Tatooine y Endor se rodaron utilizando esta técnica.


​Fuente: Wikipedia

David
Author: David

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