Aguardiente con hierbas


Aguardiente con hierbas

Hay muchos aguardientes aromatizados con hierbas, anteriores a la invención de la destilación continua al vapor, que permite sustituir el aguardiente por un alcohol neutro puro e insípido. Algunos se presentan como compuestos de muchas hierbas escogidas. Algunos sabores provienen efectivamente de hierbas; otros, de otros productos botánicos, cultivados y silvestres. La adición de hierbas al aguardiente parece provenir, casi siempre, de la necesidad de mejorar el mal sabor del aguardiente. Esa combinación de sabores aspira a resultar —en terminología del vino— equilibrada; es decir, a que un sabor no se sobreponga a otros. Suelen llevar un poco de todo: un poco de angélica, un poco de corteza de naranja, un poco de anís, etc. Los licores de hierbas son más difíciles de hacer que los de frutas, pues las hierbas —junto con los sabores deseados— suelen comunicar también sabores desagradables. Hoy día suelen utilizarse aceites esenciales, pues existen de prácticamente cualquier planta: hisopo, mejorana, menta, genciana, anís, nebrina, tomillo, etc.

Son famosos los aguardientes aromatizados con hierbas de origen conventual, como el de la Grande Chartreuse basada en esas artemisas típicas de Saboya llamadas «Genepí», en razón de esa zona de los Alpes saboyanos llamada Génépi o Genepy . Los benedictinos elaboraban en Fécamp el licor llamado Bénédictine, que al parecer fue inventado por el monje y yerbatero Dom Bernardo Vincelli en el siglo XVI. Los benedictinos presentan dos versiones de su bebida, una mezclada con brandy, por lo que se llama «B.B» (Bénédictine con Brandy) menos dulce, y otra que se llama simplemente Bénédictine,​ cuya duplicación se debió a que muchos aficionados consideraban que solo era demasiado dulzón y lo tomaban mezclado con brandy.

En el Monasterio también benedictino de Ettal, en Alemania, se produce el llamado Ettaler. En la Abadía de Lérius, en Languedoc, producen una versión del licor verde y amarilla, llamada Lerina. En la abadía de Monserrat, Cataluña, a este licor se le llama Monserrat aromes. Unas monjas clarisas estadounidenses hacen un licor de hierbas con sabor a miel, proveniente de un convento belga en Dirant, el Claristine. Los trapenses hacen Trappistine, que consiste en hierbas con aguardiente de vino. Capuchinos y carmelitas también hacen licores de hierbas.

La localidad de Spa, en Bélgica, vende como «Elixir de Spa» un producto de belleza para frotar el cuerpo y un licor de hierbas conocido como «Elixir de Spa» de 40 % vol. En las Islas Baleares tenemos las «Hierbas de Mallorca», «Hierbas de Menorca» y «Hierbas Ibicencas». En Bohemia se produce el Becherovka, que inicialmente fue un producto farmacéutico estomacal, hasta que se produjo como licor, dada la demanda.

En Polonia, de la «hierba de bisonte» —Hierochloe odorata L.— se prepara desde el siglo XVII un licor muy aromático en el que suele aparecer un bisonte, el Żubrówka. La Strega, que significa bruja, es licor muy conocido y antiguo procedente del Benevento. Al parecer su inventor fue Giuseppe Alberti en 1860 y está elaborado con sesenta y dos especies vegetales.​ También está el Centerba, que es un nombre genérico. Se autocalifica como licor Centerba una llamada latte di suocera —leche de suegra— que se presenta como proveniente de los piratas malayos y se elabora en Bérgamo; un ejemplo de casas productoras es Centerba Toro.

La voz Aiguebelle se refiere a un licor francés de 30 grados basado en unas cuarenta plantas, que envejecen en roble, creado por los monjes trapenses a base de alrededor de cincuenta hierbas, con versión verde y amarilla.​ La verde tiene mayor graduación alcohólica, como es costumbre en este tipo de bebidas. El Galliano es un licor amarillo y de un 35 % vol. que se fabrica cerca de Milán a base de muchas infusiones y destilaciones. En 1868, Francesco Averna lanzó al mercado un Amaro de gran éxito que lleva su nombre: Averna; la receta del Amaro Averna la había obtenido su padre Salvatore en el Monasterio del Espíritu Santo, en Sicilia.

Existen otros destilados con hierbas como la Mentuccia, de origen italiano, que está hecha al parecer con 100 hierbas, el Jägermeister, alemán, o la Vieille curé, francesa, que consiste en la maceración de ciento cincuenta hierbas en brandy.


Fuente: Wikipedia

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