Revolución y guerra civil de Rusia


Revolución y guerra civil de Rusia

En 1914, Rusia entró en la Primera Guerra Mundial en respuesta a la declaración de guerra del Imperio austrohúngaro a Serbia,​ aliado de Rusia, y luchó en múltiples frentes mientras estaba aislada de sus aliados de la Triple Entente. En 1916, la ofensiva Brusílov del Ejército Imperial Ruso destruyó casi por completo al Ejército austrohúngaro.​ Sin embargo, la desconfianza pública ya existente hacia el régimen se profundizó por los crecientes costos de la guerra, el alto número de bajas y los rumores de corrupción y traición. Todo esto formó el clima de la revolución rusa de 1917, llevada a cabo en dos grandes actos.​ A principios de 1917, Nicolás II se vio obligado a abdicar; él y su familia fueron encarcelados y luego ejecutados en Ekaterimburgo durante la guerra civil rusa.​ La monarquía fue reemplazada por una inestable coalición de partidos políticos que se autoproclamó Gobierno Provisional.​ El Gobierno Provisional proclamó la República Rusa en septiembre. El 6 de enero/ 19 de enero de 1918, la Asamblea Constituyente Rusa declaró a Rusia una república federal democrática (ratificando así la decisión del Gobierno Provisional). Al día siguiente, la Asamblea Constituyente fue disuelta por el Comité Ejecutivo Central Panruso.

Coexistía un establecimiento socialista alternativo, el soviet de Petrogrado, que ejercía el poder a través de los consejos de trabajadores y campesinos elegidos democráticamente, llamados sóviets. El gobierno de las nuevas autoridades solo agravó la crisis del país en lugar de resolverla y, finalmente, la Revolución de Octubre, encabezada por el líder bolchevique Vladímir Lenin, derrocó al Gobierno Provisional y otorgó pleno poder de gobierno a los soviets, lo que condujo a la creación del primer estado socialista del mundo.​ Estalló la Guerra Civil Rusa entre el movimiento blanco anticomunista y el nuevo régimen soviético con su Ejército Rojo.​ A raíz de la firma del Tratado de Brest-Litovsk que puso fin a las hostilidades con las potencias centrales de la Primera Guerra Mundial; la Rusia bolchevique entregó la mayor parte de sus territorios occidentales, que albergaban al 34 % de su población, el 54 % de sus industrias, el 32 % de sus tierras agrícolas y aproximadamente el 90 % de sus minas de carbón.

Las potencias aliadas lanzaron una infructuosa intervención militar en apoyo de las fuerzas anticomunistas.​ Al mismo tiempo, tanto los bolcheviques como el movimiento blanco llevaron a cabo campañas de deportaciones y ejecuciones de forma mutua, conocidas respectivamente como el Terror Rojo y el Terror Blanco.​ Al final de la violenta guerra civil, la economía y la infraestructura de Rusia sufrieron graves daños y hasta 10 millones perecieron durante la guerra, en su mayoría eran civiles.​ Millones se convirtieron en emigrados blancos y la hambruna rusa de 1921-1922 se cobró hasta cinco millones de víctimas.


 

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