Literatura de España


Literatura de España

La literatura de España incluye no solo la tradición literaria en castellano, sino las manifestaciones literarias del resto de lenguas españolas, como la catalana, gallega y vasca, así como la literatura hispanolatina clásica, judeoespañola o hispanoárabe. En su contexto histórico, la literatura española abarca desde las primeras expresiones poéticas conservadas en lengua vernácula hasta la literatura de nuestros días. La literatura de España tiene su origen en la literatura romana, mientras que la literatura de Hispanoamérica tiene su origen en la española y es una de las principales manifestaciones de la literatura en español, con unas características propias que se fueron fraguando desde la colonización española de América.

La conquista romana de la península ibérica, iniciada en el siglo iii a. C. trajo la cultura latina a la actual España. La llegada de los musulmanes en el 711 d. C. trajo las culturas de Oriente Próximo y Lejano Oriente. En la literatura española medieval, los primeros ejemplos registrados de una literatura vernácula mezclan la cultura musulmana, judía y cristiana. Una de las obras notables es el poema épico Cantar de Mio Cid, escrito en 1140, sin embargo, las Glosas Emilianenses son el primer testimonio de un escrito en lengua romance de la península ibérica. Ya en el barroco y el Siglo de Oro de la literatura en castellano, surgieron los nombres imprescindibles y de influencia universal de Mateo Alemán, Alonso de Ercilla, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Baltasar Gracián, Lope de Vega, Tirso de Molina y Pedro Calderón de la Barca. De esta época fue también Miguel de Cervantes, probablemente el autor más universal del país gracias a su obra magna, Don Quijote de la Mancha, clásico fundador de la literatura occidental. Posteriormente, durante el reinado de Carlos III, etapa del despotismo ilustrado, la influencia francesa se notó en la literatura española del siglo xviii. Entre los autores más representativos de este periodo están Gaspar Melchor de Jovellanos, Leandro Fernández de Moratín, Ramón de la Cruz, José Cadalso y Benito Jerónimo Feijoo. Durante el romanticismo, a principios del siglo xix, los más importantes son: la poesía de José de Espronceda y otros poetas y el teatro de Ángel de Saavedra (duque de Rivas) y José Zorrilla, entre otros autores. En el realismo (finales del siglo xix), mezclado con el naturalismo, los temas importantes son la novela, con Juan Valera, José Maria de Pereda, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Leopoldo Alas, Armando Palacio Valdés y Vicente Blasco Ibáñez.

En el modernismo aparecen varias corrientes como el parnasianismo, el simbolismo, el futurismo y el creacionismo. Paralelo al llamado «Desastre del 98» surgió un grupo de escritores jóvenes agrupados en la llamada Generación del 98, entre los que se encontraban Miguel de Unamuno, Pío Baroja y José Martínez Ruiz. Entre las voces principales de principios del siglo xx se encuentran también los autores pertenecientes a la Generación del 14, como el poeta Juan Ramón Jiménez, los académicos y ensayistas Ramón Menéndez Pidal, Gregorio Marañon, Manuel Azaña, Eugeni d’Ors y Ortega y Gasset, además de los novelistas Gabriel Miró, Ramón Pérez de Ayala, Ramón Gómez de la Serna y el dramaturgo Pedro Muñoz Seca.

Hacia 1920, un grupo de escritores más jóvenes, principalmente poetas, comenzaron a publicar obras que desde el principio revelaron hasta qué punto los artistas más jóvenes estaban absorbiendo la experimentación literaria de los escritores de 1898 y 1914. Entre estos autores, que por su estrecho vínculo conformarían la Generación del 27, se encuentran los nombres de Pedro Salinas, Federico García Lorca, Jorge Guillén, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, entre otros. Novelistas como Rosa Chacel, Francisco Ayala y Ramón J. Sender fueron igualmente experimentales y académicos. Esta extraordinaria época en cuanto a producción literaria ha llevado a denominarla en ocasiones como «Edad de Plata de las letras españolas».

La guerra civil española tuvo un impacto devastador en la escritura española. Entre los pocos poetas y escritores de la guerra civil, destaca Miguel Hernández. Durante las dos primeras décadas de dictadura, la literatura siguió la visión reaccionaria del dictador Francisco Franco de una «segunda edad de oro española» y muchos de los máximos exponentes literarios marcharon al exilio. A mediados de la década de 1950, como en la novela, una nueva generación que solo había experimentado la guerra civil española en la infancia estaba llegando a la mayoría de edad. A principios de la década de 1960, los autores españoles se encaminaron hacia una experimentación literaria incansable. Cuando Franco murió en 1975, la importante labor de instaurar la democracia tuvo un impacto literario inmediato. En los próximos años, jóvenes escritores como Juan José Millás, Rosa Montero, Javier Marías, Cristina Fernández Cubas, Enrique Vila-Matas, Carme Riera y más tarde Antonio Muñoz Molina y Almudena Grandes, comenzarían a conquistar un lugar destacado.


 

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