Impacto sanitario del coronavirus
El colapso sanitario de 2020 es el desbordamiento acaecido en los sistemas hospitalarios de diversos países del mundo a raíz de la pandemia de COVID-19. El virus ha puesto tales sistemas al límite, provocando que se vieran sobrepasados y paralizados, especialmente por insuficiencia de la infraestructura, el personal y los medios necesarios para afrontar las circunstancias epidemiológicas. La misma Organización Mundial de la Salud informó de que las muertes por enfermedades tratables pueden «aumentar drásticamente», el colapso también afecto a otros campos como la sobrepoblación en campo santos y la saturación de los servicios funerarios.
Uno de los principales puntos que mostraron el colapso, fue el desbordamiento de cadáveres en calles de Wuhan (China), Guayaquil y Quito (Ecuador), así como la excavación de fosa comunes, morgues provisionales y sepulturas e incineraciones en masa en países como Estados Unidos, Brasil, Italia e Irán. En el continente americano los sistemas de salud ya se encontraban en una frágil crisis por la epidemia de dengue de 2019-2020 según la Organización Panamericana de la Salud, que continúa paralelamente a la pandemia de coronavirus.
Salud mental
Salud mental durante la pandemia de COVID-19
La salud mental durante la pandemia de enfermedad por coronavirus se ha visto afectada alrededor del mundo. El COVID-19 está impactando los trabajos e ingresos de las personas, también afectando su capacidad social, la confianza puesta en personas e instituciones, causando así también, un largo plazo de ansiedad, estrés y preocupación.
Especialmente en las mujeres, la pandemia está impactando negativamente en su salud física y mental. Esto se debe a su continua exposición al contagio. Por ejemplo, una de las medidas propuestas para evitar el contagio es la suspensión de las clases durante al menos 14 días. Al suceder esto, los niños tienen que permanecer en casa y la mayoría de las personas que se ocupan de ellos son mujeres, ya sean sus propias madres o las cuidadoras contratadas.
Lo mismo sucede con el cuidado de personas con patologías o ancianos, deben ser supervisados por otras personas de las cuales el 64% suelen ser mujeres.
Es necesario prestar atención y tomar medidas para prevenir problemas de salud mental y el síndrome postraumático, especialmente en mujeres, se ha convertido ya en una necesidad.
Un estudio alemán afirmó que las mujeres que teletrabajan dedicaban tres horas más al cuidado de sus hijos que las que trabajaban de forma presencialmente. Sin embargo, los resultados en los hombres eran muy diferentes, pues aunque trabajasen desde casa dedicaban más tiempo al trabajo. Especialistas apuntan a que esta tendencia se debe a que nuestra sociedad sigue asociando a las mujeres a las labores de cuidados, aunque sea de forma inconsciente.
Tradicionalmente, las mujeres siempre se han encargado de cuidar a los hijos e hijas. Paradójicamente, desde el inicio de la pandemia esta situación de desigualdad se ha agravado aún más ya que varios estudios, como el del British Social Attitude Survey, demuestran que las mujeres que trabajan desde casa se ocupan más del cuidado de los niños que las que trabajan fuera. Esto implica mucha responsabilidad ya que están a cargo de su salud mental y la de todos los convivientes.
Impacto sobre otras enfermedades respiratorias
Al propagarse la pandemia por el hemisferio norte, la epidemia anual del gripe terminó abruptamente. En el hemisferio sur, prácticamente no hubo epidemia de gripe en 2020, durante el invierno austral (junio-septiembre). También se ha observado una fuerte disminución de casos de infección por virus sincitial respiratorio. No están claras las causas pero se atribuye a la disminución del tráfico internacional de pasajeros, al uso de mascarillas y a las medidas de distanciación social.
Fuente: Wikipedia