Geografía de Barcelona


Geografía de Barcelona


Localización de Barcelona

La ciudad de Barcelona se encuentra en la costa mediterránea de la península ibérica, justo en el centro de los deltas fluviales de los ríos Llobregat, al suroeste, y Besós, al noreste. Su término municipal limita, de sur a noreste y en sentido horario, con los municipios de: El Prat de Llobregat, Hospitalet de Llobregat, Esplugas de Llobregat, San Justo Desvern, San Feliú de Llobregat, Molins de Rey, San Cugat del Vallés, Sardañola del Vallés, Moncada y Reixach, Santa Coloma de Gramanet y San Adrián de Besós. Los dos primeros y los dos últimos son los municipios con los que la ciudad mantiene un contacto más estrecho, con una densa malla urbana continua que los une, por el contrario San Cugat del Vallés y Sardañola del Vallés quedan muy separados de Barcelona, ya que la cordillera Litoral y el parque natural de la sierra de Collserola actúan como barreras naturales.

Barcelona tiene una pequeña parte de su término municipal en la vertiente del Llobregat de la sierra de Collserola. Se trata de Vallvidrera y de Les Planes, que se encuentran algo internadas dentro del parque natural de Collserola. También forma parte de su término municipal Santa Cruz de Olorde, cabalgando entre el Vallés Occidental y el Bajo Llobregat.

De este modo, Barcelona es la capital de la comarca del Barcelonés, la cual está formada por los municipios de Barcelona, Hospitalet de Llobregat, Badalona, Santa Coloma de Gramanet y San Adrián de Besós. Esta comarca limita al norte con el Vallés Occidental, al noreste con las comarcas del Vallés Oriental y del Maresme, al este y sureste con el mar Mediterráneo y al oeste con la comarca del Bajo Llobregat.


Topografía de Barcelona

Ubicada en la costa del mar Mediterráneo, Barcelona se asienta en una llanura de ligera pendiente formada entre los deltas fluviales de los ríos Llobregat, al sudoeste, y Besós, al nordeste. Limita por el sudeste con la línea de costa, y en el noroeste con la sierra de Collserola (con la cima del Tibidabo de 516 m s. n. m.2​ como punto más alto), que sigue paralela a la línea de costa, encajonando la ciudad en un perímetro muy delimitado.

La línea de la costa de Barcelona ha cambiado con el paso del tiempo hasta el punto de que en la época prehistórica llegaba donde hoy en día está situada la plaza de Cataluña. Los terrenos sobre los cuales se asentó la Barceloneta no existían un siglo y medio antes de la construcción de este barrio. Estos terrenos son fruto de la acumulación de sedimentos de arena arrastrada por las corrientes marinas provenientes del norte y que serían contenidas por el espigón del puerto construido en 1640, y que terminaron por unir la antigua isla de Maians (donde actualmente se encuentra la estación de Francia) con tierra firme, formando la lengua de tierra base de la Barceloneta.

La parte de Barcelona más próxima a la sierra litoral está salpicada por pequeñas cimas, algunas de las cuales urbanizadas, y otras coronadas por parques, como son el Carmelo (265,6 metros), Monterols (127,3 metros), el Putxet (182,7 metros), la Rovira (206,8 metros) y el Turó de la Peira (138 metros). Pero la cima más conocida de Barcelona, justo encima de la línea de la costa y separando la ciudad del delta del Llobregat, es la montaña de Montjuic (184,8 metros). Finalmente mencionar el promontorio de solo 16,9 m donde se asienta el núcleo histórico de la ciudad, el monte Táber.


Playas de Barcelona

Uno de los atractivos que ha incorporado Barcelona desde los últimos años del siglo XX es el de sus playas.

Gracias a la regeneración del litoral llevada a cabo en 1992 con motivo de los Juegos Olímpicos, Barcelona cuenta hoy en día con nueve playas y una zona de baños que ocupan más de 4,2 kilómetros lineales de litoral.

Las playas de Barcelona son plenamente céntricas, están comunicadas con el centro y están situadas a pocos minutos de cualquier punto de la ciudad.

Todas están equipadas con los más completos servicios: duchas, vigilancia, Cruz Roja y, en algunos casos, vestuarios, alquiler de hamacas, chiringuitos…

Las playas de Barcelona son sometidas a limpieza cada día durante todo el año, y todas tienen la bandera azul de la Unión Europea que homologa su excelencia.

Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, cada año reciben a más de siete millones de bañistas. Aunque la mayoría se concentran en los meses de buen tiempo, entre mayo y septiembre, los ciudadanos y visitantes también pueden disfrutar de las playas el resto del año, ya que están equipadas para jugar al tenis, vóley-playa y otros deportes.

En la playa de la Barceloneta, junto al Hotel Arts, hay un moderno centro de talasoterapia municipal, el Polideportivo Marítimo, provisto con piscinas de agua de mar, y que permite el disfrute de servicios deportivos y de salud durante todo el año. Las diez playas son, de sur a norte, la playa de San Sebastián, San Miguel, Barceloneta, Somorrostro, Nueva Icaria, Bogatell, Mar Bella, Nueva Mar Bella, Levante y los baños del Fórum.

En la playa de la Mar Bella existe un espacio reservado para el nudismo.


Clima de Barcelona

La ciudad de Barcelona posee un clima mediterráneo con influencias marítimas.​ De acuerdo con los criterios de la clasificación de Köppen-Geiger la ciudad se encuentra próxima a una zona de transición del clima subtropical de veranos secos y calurosos Csa (clima mediterráneo) a un clima subtropical húmedo Cfa.

Las temperaturas son suaves durante el invierno y muy cálidas en verano, con una escasa oscilación térmica diaria, que ronda los 8 °C de media. La amplitud térmica anual se sitúa en torno a los 15 °C, siendo menor que en otras zonas del interior peninsular debido a la condición marítima de la ciudad. La temperatura media en Barcelona se sitúa alrededor de los 18 °C debido al efecto de isla de calor en las zonas urbanas, siendo más cálido que en otras zonas colindantes no tan densamente urbanizadas y siendo menores en las zonas montañosas del municipio debido a la altitud, que llega a superar los 500 m s. n. m. en el Tibidabo. Los inviernos son suaves, con una media que ronda los 12 °C en enero, el mes más frío. Las heladas son excepcionalmente raras dentro de la ciudad y las nevadas son muy raras en las zonas urbanas, con una media aproximada de un día de nieve cada 2-3 años en las afueras de la ciudad, aunque son más frecuentes en las zonas montañosas del municipio debido a la altitud, como ocurre en el Observatorio de Fabra situado a una altitud que supera 400 msnm, que cuenta con una media de dos días de nieve al año. Hubo una nevada fuerte en la ciudad en marzo de 2010​ y otra en febrero de 2015.​ Otra gran nevada que se recuerda en la ciudad data de 1962.

Los veranos son cálidos, con una media de 26 °C en agosto, el mes más cálido. Las máximas son muy cálidas en este mes, situándose entre 28 y 29 °C de media. Sin embargo las mínimas medias rondan los 23 °C, siendo frecuente la sensación de bochorno debido a la alta humedad nocturna.

La precipitación media anual se sitúa en torno a los 600 mm, con un máximo de precipitaciones de fin de verano y principio de otoño (llegando a superar los 90 mm de media en octubre), que es originado a menudo por el fenómeno conocido como gota fría, que ha llegado a superar en numerosas ocasiones los 100 mm en un día. Por el contrario, el mínimo se produce al comienzo del verano, llegando a la media algo por encima de los 20 mm en julio. La humedad media anual es alta debido a las condiciones marítimas de la ciudad, situándose entre 69 y 70 % y variando poco a lo largo del año.

A continuación se muestran tres tablas con los valores climatológicos de los observatorios meteorológicos situados en el centro de la ciudad (si bien es cierto que esta no es una estación oficial de la AEMET, si no que de la Generalidad de Cataluña), el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat y en el Observatorio de Fabra. El observatorio del Aeropuerto no pertenece al municipio de Barcelona, sino al municipio de El Prat de Llobregat, sin embargo sirve de referencia debido a la proximidad al municipio de Barcelona y a la altitud de 4 m s. n. m. semejante a la de la zona urbana de la ciudad, aunque influenciado por una fuerte inversión térmica debido al estar cercano a una gran zona industrial y urbanizada. El observatorio de Fabra sí pertenece al municipio de Barcelona, sin embargo está situado en las afueras de la ciudad, a una altitud considerable, de 412 m s. n. m., y por tanto registra unos valores climatológicos significativamente distintos que los de la zona urbana.


 

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