Funcionamiento de los frigoríficos


Funcionamiento de los frigoríficos

Los frigoríficos funciona según un principio que consiste en evaporar un refrigerante (como los CFC: R12, R22 o actualmente R134a y R600a) que generalmente se encuentra a baja presión en circuito cerrado. Esta evaporación provoca el enfriamiento del refrigerante porque es un proceso endotérmico.

Luego, el refrigerante se comprime nuevamente para volverse líquido nuevamente en el condensador; este es un proceso exotérmico, el calor generado se evacua por la parte trasera del frigorífico.

El refrigerante describe un ciclo perpetuo cerrado, el fluido se recicla indefinidamente.

Un frigorífico consiste en un circuito cerrado (es decir, una “tubería” por la que circula un fluido) formado por dos serpentines (tubo en forma espiral). Estos dos serpentines, cuya misión será condensar y evaporar un fluido, están colocados entre sí mediante un compresor y una válvula de expansión, quedando el sistema de la siguiente forma:

Circuito Frigorifico

Por este sistema circulará un líquido refrigerante, y como se ha explicado anteriormente, su misión es absorber el calor del frigorífico y expulsarlo hacia el exterior. Analicemos el circuito que recorre el fluido.

Cuando el líquido refrigerante atraviesa la válvula de expansión, disminuye su presión, pasando de un estado de más alta presión y temperatura a uno de menor presión y temperatura. Debido a este proceso, el líquido refrigerante se evaporará, y conseguirá reducir la temperatura del frigorífico. Es decir, el líquido refrigerante al entrar en el serpentín interior (el del frigorífico) se evaporará debido a la disminución de presión y al calor que recoge de los elementos del frigorífico.

Al salir del evaporador, el gas refrigerante (ya no es un líquido) se introduce en el compresor. Este dispositivo se encarga de aportar energía al gas, aumentando su presión (al contrario que la válvula de expansión) y su energía cinética, impulsándolo a fluir. Gracias a este aumento de presión, el gas refrigerante se convierte de nuevo en líquido, y al atravesar el serpentín exterior, cede su calor a la atmósfera a través de las paredes del tubo condensador.

Este ciclo se repite constantemente hasta que el termostato de la orden de parada al compresor, momento en que el frigorífico habrá alcanzado la temperatura deseada y el líquido dejará de fluir por el sistema.


 

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