El ejército español estaba constituido en su conjunto por 133.282 efectivos a 1 de enero de 2021 según el Gobierno de España; el tamaño del ejército se ha reducido en las últimas décadas, especialmente tras la suspensión del servicio militar obligatorio en 2001 y el proceso de profesionalización de las Fuerzas Armadas. El gasto militar de España fue de 17.177 millones de dólares en 2019, según el SIPRI, mientras que el presupuesto del Ministerio de Defensa para 2021 fue de 10.511 millones de euros. España vivió una contracción notable de su gasto militar nominal en el periodo 2010-2020, aunque respecto a la riqueza del país, los gastos de defensa han seguido una tendencia descendente desde 1985, dado que estos como porcentaje del PIB evolucionaron de un 2,9% en 1985 a un 1,2% en 2019, con un mínimo del 1,1% en 2016, según el SIPRI. Por su parte The World Factbook, publicación de la CIA, sostiene que los gastos militares como porcentaje del PIB fueron apenas del 0,92% de media en el periodo 2017-2019.
España es una de las naciones más importantes de la Fuerza de la Unión Europea (EUFOR) y del Eurocuerpo. Asimismo, ocupa una posición destacada en la estructura de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en la que ingresó en 1982. Las Fuerzas Armadas han intervenido en distintas operaciones militares internacionales bajo mandato de Naciones Unidas, la Unión Europea o la OTAN; a diciembre de 2020 las Fuerzas Armadas españolas participaban en 16 misiones internacionales con un despliegue de hasta 2900 efectivos entre soldados y guardias civiles. Por otro lado, España permite la presencia de fuerzas militares de Estados Unidos en su territorio desde los pactos de Madrid de 1953, guarnición de varios miles de efectivos presente en la Base Naval de Rota y en la Base Aérea de Morón.
España tiene una próspera industria militar y acceso a tecnología de vanguardia: sus proveedores son principalmente de ámbito nacional y europeo, aunque también estadounidenses. La industria militar española tiene capacidad para desarrollar y fabricar soluciones tecnológicas avanzadas a través de empresas con proyección global como Airbus –sector aeroespacial–, Navantia –empresa pública de construcción naval–, Santa Bárbara, ITP o Indra, compañías donde el Estado español tiene una notable influencia. En la década de 2010, este sector vivió un notable auge que convirtió a España en el séptimo mayor exportador de armamento del mundo en 2020, al haber triplicado el valor de sus exportaciones militares en la última década.