Críticas y controversias de Netflix


Críticas y controversias de Netflix

Invasión de mercados locales e imperialismo cultural de Netflix

Como sucedió en su momento con la televisión satelital y por cable, Netflix ha sido acusado de invadir y perturbar los mercados locales. De igual forma, ha sido considerado un vehículo para el imperialismo cultural estadounidense.​

El inicio de sus servicios en ciertos países ha estado rodeado de acusaciones de saltarse regulaciones impuestas a otros actores mediáticos, lo cual ha logrado al presentarse, según sea el caso particular, como un servicio de internet o cualquier otro estatus distinto al de empresa mediática o de entretenimiento.

En marzo de 2015, con el anuncio del inicio de servicios en Australia, cadenas locales expresaron su descontento porque Netflix no cumpliría con las regulaciones que éstas tenían que seguir. Por su parte, en enero de 2016, cuando Netflix inició operaciones en más de 130 países, Kenia emitió un comunicado a través de su Consejo de Clasificación Cinematográfica (Kenya Film Classification Board en inglés), donde dijo que la entrada de la empresa significaba una violación a las leyes de distribución de televisión y cine, además de considerar que, como país progresista, no podía permitir ser un receptor pasivo de contenidos extranjeros que pueden corromper los valores morales de la niñez y comprometer la seguridad nacional.

«The pornography, child prostitution and masive violence themes in some of the movies [availaible in Netflix’s catalogue] threaten our moral values (Los temas de pornografía, prostitución infantil y violencia masiva en algunas de las películas [disponibles en el catálogo de Netflix] amenazan nuestros valores morales

En el mismo año y contexto, el vice-ministerio de Comunicaciones ruso, Alexei Volin, lamentó que Netflix no hubiera consultado con las autoridades del país, incluidas las agencias reguladoras de medios, mientras que el ministro de Cultura, Vladimir Medinsky, equiparó a la plataforma a un caballo de Troya con el que el gobierno estadounidense piensa infiltrarse en los hogares de todo el mundo.

A pesar de las acusaciones de imperialismo cultural estadounidense, Netflix ha realizado esfuerzos para ofrecer contenido con diversidad cultural de diversas partes del mundo para que su catálogo sea de interés en diversas fronteras y alcanzar así a más clientes. Por ejemplo, cuando inició operaciones en Asia, invirtió en más de 180 producciones originales en toda la región, contratando personal local y generando más de 8 mil puestos de trabajo en productores, elenco y equipo, además de rodar en lugares como Bali, Bangkok, Chiang Mai y Penang.

Efectos sociales y en la salud de Netflix

El modelo de video bajo demanda del que es parte Netflix junto con otras compañías como Hulu o Amazon Prime Video, ha recibido diversas críticas relacionadas con los efectos sociales y de salud que produce el visionado de más de una película o capítulos de serie en una sola sesión, práctica conocida como maratones o binge-watching. Especialmente se critica su sistema que favorece estas prácticas como la existencia de series con episodios con finales inconclusos o impactantes, la reproducción automática de episodios siguientes activada de forma predeterminada, y su presentación en forma de listas de tareas.

Participación en el cambio climático de Netflix

Netflix representa más de un tercio del tráfico de Internet en los Estados Unidos. Esto conduce a un consumo de energía significativo y, asociado con eso, a emisiones significativas de gases de efecto invernadero.​ La transmisión y visualización de servicios de video a pedido, como Netflix, libera alrededor de 100 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año. Esto corresponde a aproximadamente el 0.3% de las emisiones globales. El uso de tales servicios de video libera aproximadamente tanto CO2 por año como el estado de Bélgica.​ Netflix tiene una participación sustancial en esto. A diferencia de otras plataformas importantes de streaming de video, Netflix no proporciona informes regulares sobre el uso de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero o la combinación energética real de sus actividades globales.​ Hasta ahora, Netflix no se ha comprometido públicamente a utilizar energías renovables.

Efectos en la cultura cinematográfica y televisiva de Netflix

Una de las mayores críticas o posiciones contrarias que se han construido en torno a las plataformas de streaming en general, y de Netflix en particular, gira en torno a la forma en que éstas han cambiando la cultura audiovisual de su público. Estas voces críticas afirman que, al priorizar sus propias producciones (Netflix cada vez produce series de mayor calidad y presupuesto)​ y borrar de su catálogo regularmente cada vez más películas y producciones de otras compañías,​ así como el tener un catálogo limitado de películas antiguas, la compañía genera cambios en los hábitos de consumo, particularmente, entre sus miembros más jóvenes. ​Uno de los casos más sonados a este respecto es el retiro del catálogo de películas y series hechas o bajo control de Disney, esto debido a la gran cantidad de productos que esto significa y al apego del público a muchas de estas producciones.

Esta posición de la industria y de algunos especialistas en medios contrasta con la percepción altamente positiva que tiene Netflix entre sus usuarios, principalmente entre los más jóvenes.​ Ante estas críticas, Netflix se defiende argumentando los altos costos de renovación de las licencias de los productos externos, por lo que cuando su licencia expira y no puede ser renovada, avisa a sus suscriptores con anticipación para que vean el contenido afectado antes de su desaparición.

De manera específica, la empresa ubicada en California ha sido abiertamente criticada por la industria cinematográfica, que considera que el rechazo de Netflix a estrenar sus películas originales en las salas de cine provocará la muerte del modelo como se conoce hasta ahora. Situación que ya se veía desde la aparición de la televisión, el VHS y el DVD.

En su editorial de diciembre de 2014, el Film Journal International consideró como desleal dicha estrategia de no exhibir sus producciones originales de la manera tradicional en salas antes de ponerlas a disposición de sus socios en el catálogo digital. En el texto, escrito a manera de carta dirigida a Ted Sarandos, el encargado de programación de la compañía, la revista decía:

«Ir al cine es un pasatiempo americano. ¿Quieres ser conocido Ted, como, un traidor?» – An Open Letter to Netflix’s Ted Sarandos

Reed Hastings, presidente y fundador de la compañía, declaró en 2015 que la televisión quedará obsoleta en 30 años. Esto provocó varias críticas, pues uno de los problemas que Netflix y otras plataformas similares enfrentan es la fragmentación de los contenidos debido a los problemas de licencias. Otra crítica es un presunto sesgo ideológico hacia la izquierda política de las producciones de la plataforma, lo cual causaría que algunos sectores conservadores la miren con desconfianza.

Otro aspecto que genera debates sobre Netflix, es la recolección de datos que utiliza de sus usuarios para la producción de nuevos contenidos. Según el periodista Alejandro Eloy Rodríguez, en su libro ‘El planeta Netflix’, indica cómo Netflix estudia el comportamiento de los suscriptores para medir la creación de nuevos contenidos, reduciendo los riesgos económicos de la producción:

«Las producciones de Netflix estarán cada vez más medidas, basadas en la información que los usuarios ofrecen a la plataforma desde hace años. Lo cual abre nuevos interrogantes en el plano cultural: ¿cuánto lugar habrá para la expresión artística, para lo impredecible, lo instantáneo, aquella sinceridad del espíritu humano que no se explica en algoritmos? Quizás lo preocupante no sea lo que Netflix está haciendo en el mundo televisivo, sino cinematográfico»

Mismo paradigma de Netflix

Aunque una gran cantidad de académicos y especialistas de medios consideran a los servicios digitales que distribuyen contenidos audiovisuales por internet como la revolución dentro de la industria del entretenimiento, autores como Michael Wolff tienen una opinión contraria. Para este periodista, la esencia de Netflix es más cercana a la de la televisión que a la de internet.

De acuerdo a lo que plantea en su libro Television is the New Television (La televisión es la nueva televisión, 2015), en lugar de potenciar las características interactivas propias de internet, Netflix decidió favorecer estructuras, narrativas y estéticas ya establecidas por la industria televisiva. De la misma forma, argumenta que al transformarse de una compañía de alquiler de DVD en un estudio digital, la plataforma de streaming trasladó a las pantallas de computadora comportamientos, valores, esquemas y experiencias de la industria televisiva -como la visualización pasiva de contenidos-, haciendo que lo que hasta ese momento se consideraba herramientas interactivas y de flujo bidireccional de información, en algo más parecido a la vieja televisión.

En este sentido, el periodista francés Thibault Henneton de Le Monde diplomatique considera que Netflix no deja de ser una «máquina traga talentos», que se alimenta de lo que las cadenas y estudios tradicionales de todo el mundo rechazan. Es así, por ejemplo, que terminó apoyando el proyecto de Roma de Cuarón, no por haber sido parte del desarrollo desde el inicio, sino porque todos los estudios a los que se acercó el cineasta mexicano lo rechazaron. La virtud de Netflix estaría en tener los datos el «valor» de revender productos de nicho, y no solamente historias de superhéroes, como los estudios de Hollywood.

Por su parte, autores como Toby Miller recuerdan que el poder institucional de la televisión permanece, aunque muchos lo consideren cosa del pasado. Para Miller, la continuidad de la industria televisiva se percibe en la producción de programas y en la publicidad: destacan que mucha de la producción de contenidos distribuidos por internet sigue siendo básicamente televisión, que las cadenas de TV tradicionales (señal abierta o cable) siguen siendo fundamentales para el mercado del streaming. En resumen, apunta en su libro Television Studies: The Basics (Los fundamentos de los estudios sobre la televisión, 2011), la gente sigue viendo televisión e incluso en cantidades más importantes que en otras décadas, lo único que ha cambiado es cómo se distribuyen los contenidos.

Tratamiento de datos personales de Netflix

Debido a la gran cantidad de datos personales que administra Netflix, especialistas en el tema han expresado temor a la forma en que estos son tratados por la compañía, incluso antes de la puesta en marcha de su servicio de VOD por streaming. La demanda legal conocida como «Doe Vs. Netflix» es un ejemplo de dichos temores.

En diciembre de 2009, una clienta del servicio de alquiler de DVD por correspondencia en los Estados Unidos interpuso una demanda en una corte federal por violación a la protección de la privacidad cometido por Netflix. La demandante, conocida bajo el seudónimo de «Jane Doe», era una madre de familia lesbiana residente del estado de Ohio quien culpaba a la empresa de invadir su privacidad al liberar los datos de su registro de rentas -junto con el de casi medio millón de clientes- para que los participantes del Premio Netflix o Netflix Prize pudieran mejorar el sistema de predicción de la plataforma. Aunque dichos datos no incluían el nombre de los clientes sino que los identificaba únicamente con un código numérico, dos semanas después de lanzada la convocatoria del concurso, dos investigadores de la Universidad de Texas, Arvind Narayanan y Vitaly Shmatikov, fueron capaces de identificar por nombre a algunos de los clientes cuyos datos fueron liberados.

Publicado en línea, el borrador del artículo académico de Narayanan y Shmatikov afirmaba que, al cruzar los datos de Netflix con reseñas del sitio Internet Movie Database (IMDb) se podían determinar no solo el nombre de la persona sino incluso rasgos de su personalidad como preferencias políticas, afiliación religiosa, sexualidad e incluso complexión física. Aunque la identidad de la mujer nunca fue descubierta por ningún equipo del concurso ni por nadie más, el argumento en la demanda era el temor de que su homosexualidad fuera descubierta a través de su consumo de películas (el cual incluía un alto número de títulos con temática homosexual) y que esta revelación afectara su vida familiar y profesional.

En marzo de 2010, Netflix y «Jane Doe» llegaron a un acuerdo que nunca se hizo público. Como resultado de la demanda, la segunda edición del Premio Netflix nunca se realizó aunque se había anunciado.

Opción de alterar la velocidad de reproducción de Netflix

A finales de octubre de 2019, Netflix puso a prueba para sus usuarios con el sistema operativo Android la opción para alterar la velocidad de reproducción de sus videos – desacelerarlo 0.5x o 0.75x ; o acelerarla 1.25x o 1.5x. Lo anterior generó críticas en redes sociales de parte de realizadores como Judd Apatow y Peyton Read, y el actor Aaron Paul quienes consideraron que era una idea terrible y que era la decisión de los creadores de contenido y no de los distribuidores, cómo eran presentadas las obras. Netflix contestó que era tan solo una prueba y que era probable que no pasara de esta fase.

La edición francesa de 20 Minutes consideró la polémica como «una tormenta en un vaso de agua» y recordó que la posibilidad de ver materiales audiovisuales a otra velocidad existe desde antes de que Netflix pusiera a disposición esta prueba en Android y mencionó que el speed-watching – ver videos a alta velocidad – es una práctica común disponible desde hacía tiempo en dispositivos como el reproductor VLC y en la plataforma YouTube.

Compra del Egyptian Theater de L.A. de Netflix

En 2019 diversos reportes de prensa indicaron la intención de Netflix de llegar a un acuerdo por 10 millones de dólares con la American Cinematheque, que opera el Egyptian Theater, sala de cine icónica de Los Ángeles. En mayo del siguiente año, el servicio de streaming anunció que la operación se había concretado pero ni éste ni la cinemateca revelaron la cantidad final del trato. La comunidad artística de Los Ángeles se opuso al trato desde un inicio debido a que la restauración del lugar involucró inversión pública de orden municipal y federal, esto a pesar de que Netflix aseguró que el equipo y operaciones de la cinemateca continuarían como hasta ese momento, mientras que la empresa de Los Gatos usaría el local solo entre semana para sus propios proyectos.

Para finales de julio de 2020, más de 3 mil personas habían firmado una petición subida al sitio Change.org exigiendo a la cinemateca que transparentara la operación financiera, comenzando por revelar la cantidad pagada por Netflix.

Críticas y controversias a productos originales en particular de Netflix

Entre las producciones originales que desde 2013 ha creado la compañía, existen varios casos que han causado críticas y controversias por el tratamiento de un tema o su contenido, como la serie de ficción 13 Reasons Why o la serie documental protagonizada por Gwyneth Paltrow, Goop Lab.

Goop Lab de Netflix

Estrenada en el catálogo el 24 de enero de 2020, la serie documental Goop Lab, protagonizada por Gwyneth Paltrow, causó controversia por las posibles repercusiones de su contenido para la salud pública y para la forma en que el público percibe la ciencia.

El proyecto nació cuando en febrero de 2019, la marca de estilo de vida Goop, propiedad de Paltrow, firmó un acuerdo para producir una serie promocional con formato de documental con temas de bienestar y «salud natural» para Netflix. Desde un inicio, dicho acuerdo le generó críticas al servicio de streaming por considerar que le daba a Paltrow una plataforma para promocionar su marca, la cual ha sido criticada por hacer declaraciones sin fundamento sobre la efectividad de los tratamientos y productos de salud que promueve.

Múltiples críticos argumentaron que la firma del acuerdo fue «una victoria para la pseudociencia». Una vez que Goop Lab estuvo disponible en el catálogo de series, numerosos medios de comunicación publicaron duras críticas a la decisión de Netflix de promover Goop:

  • El periódico español El País publicó una fuerte crítica titulada «Gwyneth Paltrow en Netflix, un problema de salud pública» en la cual se afirma que el programa es un manual de argucias y falacias para defender falsos remedios y le hace «un terrible daño a la confianza popular en la ciencia». Y que finalmente el resultado de la serie parece ser el enaltecimiento de la charlatanería y el abultamiento de la cuenta bancaria de Paltrow.
  • El sitio sobre religión y espiritualidad Patheos publicó un artículo titulado «Goop lab de Gwyneth Paltrow es basura anticientífica. Después empeora.» En dicho texto se afirma que es una vergüenza que Netflix promueva este «sinsentido dañino», y que el programa puede causar un gran daño a la salud pública si los espectadores lo toman en serio.
  • La revista Wired, en su versión británica, escribió varias críticas centradas en la serie en particular y en Netflix en general, diciendo «¿Crees que Goop es malo? Es solo la punta del iceberg de la pseudociencia en Netflix».

Censura de Netflix

Netflix censura partes de los vídeos que creen que pueden infringir la clasificación por edad.


​Fuente: Wikipedia

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