Críticas a la ONU
Desde su fundación, ha habido muchos llamados para la reforma de las Naciones Unidas pero poco consenso sobre cómo hacerlo. Algunos quieren que la ONU desempeñe un mayor papel o más eficaz en los asuntos mundiales, mientras que otros quieren que su papel se reduzca al trabajo humanitario. También se han hecho numerosos llamados para que se incremente la composición del Consejo de Seguridad de la ONU, las diferentes formas de elegir al secretario general de la ONU y una Asamblea Parlamentaria de las Naciones Unidas. Jacques Fomerand afirma que la división más duradera en las opiniones de la ONU es la «división Norte-Sur» entre las naciones ricas del Norte y las naciones pobres del Sur. Las naciones del sur tienden a favorecer una ONU más potenciada con una Asamblea General más fuerte, permitiéndoles una mayor voz en los asuntos mundiales, mientras que las naciones del Norte prefieren una ONU económicamente laissez-faire que se centre en amenazas transnacionales como el terrorismo. Algunos críticos perciben que las Naciones Unidas solo están al servicio de los gobiernos de sus países miembros (especialmente los más poderosos) y no de los ciudadanos del común.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el Comité Francés de Liberación Nacional fue tardíamente reconocido por Estados Unidos como el gobierno de Francia, por lo que el país fue excluido inicialmente de las conferencias que crearon la nueva organización. El futuro presidente francés, Charles de Gaulle, criticó a la ONU, considerándola una machin (artilugio), y no estaba convencido de que una alianza de seguridad global ayudaría a mantener la paz mundial, prefiriendo tratados de defensa directa entre países. Durante la Guerra Fría, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética acusaron repetidamente a la ONU de favorecer a la otra superpotencia. En 1953, la Unión Soviética obligó a renunciar al secretario general Trygve Lie, debido a su negativa a tratar con él, mientras que en los años cincuenta y sesenta una popular pegatina de parachoques estadounidense decía: «No se puede escribir comunismo sin la ONU» En una declaración a veces mal citada, el presidente estadounidense George W. Bush declaró en febrero de 2003 (refiriéndose a la incertidumbre de la ONU ante las provocaciones iraquíes bajo el régimen de Saddam Hussein) que «las naciones libres no permitirán que las Naciones Unidas se desvanezcan en la historia como una sociedad de debate inefectiva e irrelevante». En cambio, el presidente francés, François Hollande, declaró en 2012 que «Francia confía en las Naciones Unidas y sabe que ningún Estado, por poderoso que sea, puede resolver problemas urgentes, la lucha por el desarrollo y poner fin a todas las crisis… Francia quiere que las Naciones Unidas sean el centro de la gobernanza mundial». También han surgido críticas hacia la atención de la ONU al tratamiento de los palestinos por parte de Israel, el cual es considerado sesgado en contra de Israel. En septiembre de 2015, Faisal bin Hassan Trad, de Arabia Saudita, ha sido elegido Presidente del panel del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que nombra a expertos independientes, una medida criticada por grupos de derechos humanos.
Los críticos también han acusado a la ONU de ineficiencia burocrática, desperdicio y corrupción. También se ha acusado a la ONU de problemas con la planificación de sus operaciones y la contratación y manejo del personal. En 1976, la Asamblea General creó la Unidad Conjunta de Inspección para buscar ineficiencias dentro del sistema de las Naciones Unidas. Durante los años noventa, Estados Unidos retuvo las cuotas citando la ineficiencia y sólo comenzó a pagar con la condición de que se introdujera una importante iniciativa de reformas. En 1994, la Oficina de Servicios de Supervisión Interna (OSSI) fue establecida por la Asamblea General para actuar como organismo de control de la eficiencia. En 1994, el ex representante especial del secretario general de las Naciones Unidas en Somalia Mohamed Sahnoun publicó «Somalia: The Missed Opportunities», un libro en el que analiza las razones del fracaso de la intervención de las Naciones Unidas en Somalia en 1992, mostrando que entre el comienzo de la guerra civil somalí en 1988 y la caída del régimen de Siad Barre en enero de 1991, la ONU perdió por lo menos tres oportunidades para evitar grandes tragedias humanitarias; Cuando las Naciones Unidas trataron de prestar asistencia humanitaria, fueron totalmente superadas por las ONG, cuya competencia y dedicación contrastaban marcadamente con la excesiva cautela de la ONU y las ineficiencias burocráticas. Si no se emprendiera una reforma radical, advirtió Mohamed Sahnoun, entonces la ONU seguiría respondiendo a esa crisis con improvisación inepta. En 2004, la ONU se enfrentó a acusaciones de que su recién terminado Programa Petróleo por Alimentos -en el cual a Irak se le permitió comercializar petróleo por necesidades básicas para aliviar la presión de las sanciones- había sufrido corrupción generalizada, incluyendo miles de millones de dólares en sobornos. Una investigación independiente creada por la ONU encontró que muchos de sus funcionarios habían estado involucrados, además de plantear preguntas «importantes» sobre el papel de Kojo Annan, el hijo de Kofi Annan.
También se han hecho críticas a varios organismos de la ONU. Una fuente de críticas radica en el poder de veto de los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad, el cual ha sido utilizado para proteger los intereses geopolíticos de dichos países, impidiendo la acción de la ONU para salvaguardar la paz y seguridad internacional. Así mismo, se han hecho reproches al hecho de que la Asamblea General tenga un poder limitado y al hecho que las labores del secretario general no estén claramente definidas.
Fuente: Wikipedia