¿Cómo ha afectado la Covid-19 a los continentes?
Asia
Europa
La pandemia de COVID-19 en Europa es parte de la pandemia de COVID-19 provocada por el coronavirus SARS-CoV-2. El primer caso de COVID-19 en Europa se detectó el 25 de enero en Francia: un hombre de 80 años procedente de la provincia de Hubei, que luego falleció el 15 de febrero. El 14 de febrero murió un turista chino en París, en la que se creyó se trataba de la primera muerte por COVID-19 fuera de Asia pero posteriormente se descubrió que un hombre fallecido en la ciudad española de Valencia el 13 de febrero también estaba infectado de coronavirus, que había contraído en Nepal.
Los casos iniciales se informaron en Francia, Alemania y otros países con un número relativamente bajo de casos. El 21 de febrero, se informó un gran brote en Italia, principalmente en el norte, cerca de Milán. Los casos crecieron rápidamente y el 13 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud declaró a Europa el nuevo epicentro del virus después de que la situación mejorara en China. Desde esa fecha, el número de casos en cada país europeo se ha duplicado en períodos de entre dos y cuatro días.
A partir del 17 de marzo de 2020, todos los países de Europa han informado al menos un caso de COVID-19 (siendo Montenegro el último en hacerlo), seguidos por la Isla de Man el 19 de marzo, el Estado con reconocimiento limitado de Transnistria el 21 de marzo. Más de 50 países han informado al menos una muerte. Supone el segundo continente más afectado del mundo por la pandemia habiendo superado 2.5 millones de casos confirmados y más de 190 000 muertes.
Durante el mes de noviembre del 2021 la Organización de las Naciones Unidas, advirtió que, después de meses de ir a la baja, los casos de COVID en Europa estaban aumentado y de nueva cuenta se estaba convirtiendo en el epicentro de la pandemia. Se informó que aunque los contagios estaban generalizados, es decir en todos los grupos de edad, los mayores de 75 años eran los más afectados por las muertes. Los relajamientos en la sociedad en general y la falta de un esquema de vacunación completa fueron los principales causantes del aumento de casos y muertes.
América
La pandemia de COVID-19 en América es una epidemia continental que inició con la detección del primer caso de esta enfermedad el 21 de enero de 2020 en los Estados Unidos, un hombre de aproximadamente 30 años, originario del estado de Washington, que había viajado recientemente a China.
Se notificaron casos en todos los países de América del Norte, América Central y por último el Caribe después de que Bonaire confirmara un caso el 18 de abril del 2020.
El coronavirus se informó por primera vez en América del Sur el 26 de febrero de 2020 cuando Brasil confirmó un caso en São Paulo. Desde entonces, los gobiernos de toda la región tomaron una serie de medidas para proteger a sus ciudadanos y contener la propagación de COVID-19. Todos los países sudamericanos, incluyendo al departamento de ultramar francés de Guayana Francesa y las Islas Malvinas reportaron presencia de coronavirus dentro de sus fronteras.
Aunque los países de América Latina se habían preparado desde varias semanas eso no impidió que el virus llegara a la región, por ejemplo Colombia tuvo su primer caso de COVID-19 el 6 de marzo del 2020 debido a una ciudadana que provenía de Milán, Italia, presentó los síntomas al llegar al país y posteriormente se tomaron las pruebas correspondientes por una entidad de salud que confirmó un resultado positivo en la paciente. Esto conllevo a terminar una fase de preparación en el territorio nacional y empezar la fase de contención que era desarrollado por el Comité Nacional de Emergencias.
África
El primer caso de la pandemia de COVID-19 en África se confirmó el 14 de febrero de 2020 en Egipto, En África subsahariana el primer caso fue confirmado en Nigeria. La mayoría de los casos importados identificados han llegado de Europa y los Estados Unidos, a diferencia de otros continentes en los que provenían de China. Varios países africanos tienen sistemas de salud poco desarrollados, por lo que se estima que puede existir subestimación en los casos reportados. África representa el 17% de la población mundial, pero, a octubre de 2020, solo un 3,5% de las muertes por COVID-19 comunicadas.
La propagación de COVID-19 en África ha generado alarma debido a que muchos de los sistemas de salud en el continente son inadecuados, tienen problemas como falta de equipo, falta de fondos, capacitación insuficiente de los trabajadores de la salud y transmisión de datos ineficiente.
Se temía que la pandemia pudiera ser difícil de mantener bajo control en África y podría causar enormes problemas económicos si se extendía ampliamente. Hacia mitad de abril de 2020, el suministro de ventiladores era bajo en gran parte de África: 41 países tienen solo 2000 ventiladores entre ellos, y diez países no tienen ventiladores en absoluto. Incluso los suministros básicos como el agua y el jabón están sujetos a escasez en algunas partes del continente.
Matshidiso Moeti, de la Organización Mundial de la Salud, dijo que el lavado de manos y el distanciamiento físico podrían ser un desafío en algunos lugares de África. El aislamiento social puede no ser posible, y los desafíos pueden verse exacerbados por la prevalencia de enfermedades como la malaria, el VIH, la tuberculosis y el cólera. Los expertos afirman que una estrategia basada en pruebas podría permitir a los países africanos reducir el aislamiento social que causa enormes dificultades a quienes dependen de los ingresos obtenidos cada día para poder alimentarse a sí mismos y a sus familias. Incluso en el mejor de los casos, desde Naciones Unidas se afirma que las 1300 millones de personas del continente necesitarán 74 millones de equipos de prueba y 30 000 respiradores en 2020.