Cómo cocinar la berenjena
Debe comerse siempre cocinada, nunca cruda.
La berenjena es un producto culinario muy apreciado por diferentes culturas. Muchas naciones tienen un plato típico elaborado a partir de berenjena. En España, los catalanes tienen la samfaina, la escalivada o el espencat donde la berenjena se acompaña del pimiento, los italianos tienen la caponata, la parmigiana (uno de los platos más famoso con la musaca griega), gli scapici (conserva en aceite típica del sur de Italia), los griegos tienen la musaca, los turcos tienen el İmam bayıldı y los árabes el baba ganush.
Asada o salteada tiene sabor agradable, pero no así hervida. También se consume rellena. Si se va a preparar al vapor es recomendable hacer un dégorger que consiste en cortarla en rodajas y provocar un fenómeno de ósmosis añadiendo sal. Así se intercambian líquidos de manera que los compuestos que le dan sabor amargo salen al exterior, pues el líquido huye de donde hay menos densidad hacia donde hay más, potenciándose además su sabor agradable que está determinado por sustancias no solubles.
Si se desea freirla, se recomienda sumergir los trozos de berenjena en agua con sal durante 24 horas. Dado que la textura de la pulpa es muy cavernosa —llena de aire y agua— si se fríe directamente actúa como una esponja absorbiendo gran cantidad de aceite, y con ello excesivas calorías. Pero después de introducida en esta solución salina, este efecto desaparece y la berenjena, saturada de agua, apenas absorbe aceite.
Fuente: Wikipedia