Biología de los pistachos


Biología de los pistachos

El alfóncigo crece hasta los 10 metros de altura y tiene hojas pinnadas, con 3 a 5 folíolos de 10-20 centímetros (4-8 pulgadas) de largo, que se desprenden en la estación fría.

Es una planta desértica y por esto tiene una alta tolerancia al suelo salino. Se ha informado que crece bien cuando se la irriga con agua que contiene 3000-4000 ppm de sales solubles. Los alfóncigos son bastante resistentes bajo las condiciones correctas, y pueden sobrevivir en temperaturas que van desde –10 °C en invierno, hasta 40 °C en verano. Necesitan estar orientados hacia el sol y en suelo bien drenado.

Los alfóncigos no se desarrollan bien en condiciones de alta humedad, sino que son susceptibles a que sus raíces se pudran durante el invierno si reciben demasiada agua y el suelo no tiene suficiente drenaje libre. Se requieren largos veranos para la adecuada maduración del fruto. Las plantas son dioicas, tienen pies masculinos y femeninos separados. Las flores son apétalas y se reúnen en inflorescencias llamadas panículas (popularmente racimos).

El fruto es una drupa que contiene una semilla alargada, que es la porción comestible. Está cubierto por una piel carnosa fina, de color verde. En su interior, bajo una cáscara dura y blanquecina, la semilla, de un color verde pálido, está cubierta a su vez por una piel fina de tono malva, y tiene un sabor característico. Comúnmente considerada como fruto, esta semilla es para uso culinario. Cuando el fruto madura, la piel cambia del verde a un amarillo rojizo otoñal y su cáscara se rompe y abre parcialmente, de manera abrupta.

A este rompimiento se le conoce como dehiscencia/eclosión y ocurre acompañado por un sonido audible. La tendencia a esta apertura es una característica que ha sido seleccionada por los humanos. Los cultivares comerciales varían en cuanto a cómo se abren. Cada alfóncigo da en promedio 50 kg de semillas cada dos años.


​Fuente: Wikipedia

Deja un comentario