Artículo 56 de la Constitución Española


Artículo 56 de la Constitución Española

1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.

2. Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.

3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2.


Explicación del artículo 56 de la Constitución Española

El artículo 56 de la Constitución Española establece el papel y las funciones del Rey en España. Aquí está el resumen de los puntos clave del artículo:

Papel del Rey: El Rey es el Jefe del Estado y cumple varias funciones importantes:

    • Símbolo de unidad y permanencia del Estado.
    • Árbitro y moderador del funcionamiento regular de las instituciones.
    • Representante máximo del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones que forman parte de su comunidad histórica.
    • Ejecución de las funciones que le otorgan expresamente la Constitución y las leyes.

Título del Rey: El título oficial del Rey es «Rey de España». Además, tiene el derecho de utilizar otros títulos correspondientes a la Corona.

Inviolabilidad y refrendo de actos: La persona del Rey es inviolable, lo que significa que no puede ser procesado o sometido a responsabilidad penal. Los actos del Rey deben ser refrendados por otro órgano de gobierno en la forma establecida en el artículo 64 de la Constitución. Sin ese refrendo, los actos del Rey carecerán de validez, a menos que se especifique lo contrario en el artículo 65, apartado 2.

En resumen, el artículo 56 de la Constitución Española establece el rol del Rey como Jefe del Estado y su función como símbolo de unidad, moderador de las instituciones y representante del Estado en asuntos internacionales. También establece su inviolabilidad y la necesidad de refrendo para sus actos, excepto en casos específicos.


 

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