Transformaciones en el mercado musical de Spotify
Desde finales de la década de 1990, la eclosión de Internet produjo una crisis en la industria discográfica derivada de la caída de ventas de soportes digitales. Esta crisis dejó evidente la necesidad de un nuevo modelo de negocio en un contexto en el que la música se convierte en un servicio dejando atrás su materialidad como producto físico. A raíz de esto nacen plataformas de descarga de música de pago. Empresas como Spotify han legitimado el acceso a la música en línea mediante el streaming. Una propuesta que da acceso inmediato a 30 millones de títulos musicales (estos varían en función del país). Hoy en día hay alrededor de 100 millones de títulos publicados, con lo cual Spotify no contiene ni el 30% de la totalidad. Aun así, el usuario puede tener la sensación de disponer de una infinidad de opciones puesto que no hay tiempo físico en una vida para escuchar todas ellas.
A pesar de la gran difusión del streaming, todavía existen tiendas de vinilos.Algunos consumidores de vinilos dicen no haber cambiado al formato digital por no perder la calidad del formato analógico. Otros echan en falta la curación de contenidos en internet y prefieren comprar productos verificados por los productores. Estos consumidores también aprecian la experiencia de buscar, abrir, poder ver y exponer los vinilos. Estas son sensaciones que se pierden en Spotify.
Piratería
Junto a la posibilidad de comprar descargas musicales se expandieron plataformas de descarga gratuita e ilegal de contenidos con copyright. De esta forma el mercado musical pasa a ser en línea. El modelo de Spotify legitima consumir y compartir contenido en línea sin la necesidad de descargarlo.
Spotify ha reducido las descargas pirata de música. Los no dispuestos a pagar por escuchar música tienen la opción de utilizar la versión gratuita (con algunas restricciones como anuncios de publicidad). Gracias a la publicidad incluida pueden pagar a los artistas, que no serían pagados mediante las descargas pirata.
Despotify
También hay un cliente gratuito no oficial, escrito en el lenguaje de programación C llamado Despotify lanzado por programadores anónimos. Despotify es un cliente basado en texto y funciona en todos los sistemas operativos que admiten CoreAudio o PulseAudio, lo que significa soporte para Linux, Solaris, FreeBSD, NetBSD, Mac OS X y Windows.
En abril de 2009, Spotify bloqueó el uso de Despotify para los suscriptores que tienen la versión gratuita o la versión de pase diario, pero no para las personas con membresía Premium. Las personas detrás de Despotify comentaron sobre esto y dijeron que no intentarían eludir el bloqueo, pero que otros son libres de modificar el código si así lo desean.
Despotify es el resultado de una gran cantidad de tiempo dedicado a la ingeniería inversa en el programa oficial de Spotify. Los Términos de uso de Spotify no permiten la ingeniería inversa.
Bloqueo de publicidad
Para los usuarios que están cansados de publicitar en la versión gratuita de Spotify, existe el programa Smutefy.
Programa que utiliza una combinación de Growl y Soundflower para bloquear el flujo de audio de Spotify cuando el software detecta publicidad. Smutefy sólo funciona en Mac OS X. Los usuarios de Windows que quieran bloquear la publicidad en Spotify pueden usar Blockify. Ni Smutefy ni Blockify se basan en ingeniería inversa o modificación del código de Spotify, sino en filtros en la computadora del usuario. Por lo tanto, los programas son completamente legales y se pueden comparar con Adblock Plus y otros bloqueadores de anuncios en el navegador del usuario.
Fuente: Wikipedia