Morfología y fisiología del olivo


Morfología y fisiología del olivo

El olivo es una especie típicamente mediterránea adaptada al clima de la zona. Es una especie presente en los paisajes de la península ibérica como un elemento más de los ecosistemas mediterráneos y de la cultura. Aunque es una especie rústica presenta también una serie de requisitos que limitan su área de distribución preferentemente a zonas de clima mediterráneo.

Es sensible a las heladas, si bien puede soportar temperaturas hasta -10 °C, aunque la resistencia al frío es una característica varietal. Las altas temperaturas son perjudiciales, sobre todo durante el periodo de floración. Aunque se encuentran olivos en muy variadas zonas, parece desarrollarse mejor en áreas con una pluviometría comprendida entre los 600-800 mm/año.

Flores del olivo

Las flores del olivo se disponen en inflorescencias (racimos) compuestas de diez a cuarenta flores, según la variedad. Son flores blanco-verduscas inconspicuas, bracteadas y con cáliz en cúpula de cuatro dientecitos y corola de cuatro pétalos abiertos. Tienen dos estambres y un pistilo bilobado. La polinización consiste en la transferencia del polen contenido en las anteras de los estambres de una flor al estigma de la misma flor, o con más frecuencia en el olivo, al de otras flores.

El estrés hídrico (reducción del agua disponible) y el estrés nutritivo (reducción de los nutrientes), ocurridos unas seis semanas antes de la época de floración son causas que provocan la disminución del número de flores por inflorescencia e incrementan los abortos ováricos. La flor es también llamada rapa, trama o esquimo.

Subespecies del olivo

Hay seis subespecies naturales distribuidas por un área de distribución amplia:

  • Olea europaea europaea (Cuenca del Mediterráneo)
    • Olea europaea var. silvestris
  • Olea europaea cuspidata (desde Sudáfrica por todo el este de África, Arabia hasta el sudoeste de China)
  • Olea europaea laperrinei (Argelia, Libia, Níger, Sudán)
  • Olea europaea maroccana (Marruecos)

La subespecies maroccana es hexaploide.

Las formas silvestres de la aceituna a veces se tratan como la especie Olea oleaster.

Los árboles a los que se hace referencia como aceitunas «blanca» y «negra» en el sudeste asiático no son en realidad aceitunas, sino especies de Canarium.

La vecería

En el olivar se produce el fenómeno denominado “vecería”, que consiste en que tras un año de abundante cosecha de aceituna se sucede otro en el que la cosecha es pequeña, sin que pueda pensarse que este fenómeno se producirá necesariamente de forma bienal. Al no conocerse bien las causas que lo producen, no se tiene una estrategia para controlarla. El crecimiento de los frutos en el olivo se desarrolla durante un periodo prolongado (aproximadamente 8 meses), y se sabe que los frutos en desarrollo a través de sus hormonas y las sustancias que intervienen en su crecimiento actúan como inhibidores de la diferenciación de las yemas que brotarán en la siguiente estación de crecimiento, por lo que muchas de ellas permanecen siendo yemas de madera, que darán origen a un brote vegetativo, en lugar de inducirse y diferenciarse a yemas florales; por lo tanto, disminuye la floración ese año.

Las actuaciones destinadas a fomentar mayores cosechas en los años que corresponde cargar, mediante el cuidado de la plantación, y el abandono de la misma en los años de descarga contribuye aún más a acentuar la vecería.

Algunas variedades de olivo son más veceras que otras, por lo que se puede adivinar un componente genético en este fenómeno. Por otro lado, existen técnicas de cultivo que disminuyen la vecería, tal como el riego o la recolección temprana de la aceituna.

El fruto del olivo

El fruto del olivo se llama oliva en el levante español (Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, provincia de Almería e Islas Baleares) y aceituna en el resto de España. En Hispanoamérica se usan indistintamente ambos nombres,​ aun cuando para evitar cacofonías al aceite se le llama aceite de oliva, y las denominaciones de origen recogen “aceite de oliva” como término legal.

La aceituna es un fruto en el que se distinguen las siguientes partes: pedúnculo o rabillo, epicarpio o piel, mesocarpio o carne, endocarpio o hueso y embrión o semilla. La aceituna va experimentando cambios en su coloración al tiempo que engorda, desde un verde intenso al comienzo de su cuajado, a un verde amarillento según va desarrollándose; aparecen manchas púrpuras al iniciar el envero, sigue una tonalidad púrpura azulada, para terminar, cuando alcanza su madurez plena, en una tonalidad negro azulada.

La composición química media de una aceituna es la siguiente:

  • agua 50 %,
  • aceite 22 %,
  • azúcares 19,1 %,
  • celulosa 5,8 %,
  • proteínas 1,6 %,
  • cenizas 1,5 %.

Fuente: Wikipedia

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