Juegos Arcade
Su denominador común es que el jugador ha de superar una serie de pruebas en diferentes pantallas o situaciones. En los juegos arcades de plataformas, el jugador suele encarnar a un personaje sobre el que ejerce un control en tercera persona. Este personaje deberá recorrer una serie de pantallas, normalmente en un scroll horizontal y jerarquizadas por distintos niveles de dificultad, esquivando toda clase de obstáculos. Las aventuras de SuperMario son un buen ejemplo de este tipo de juegos.
Los juegos arcades de acción se caracterizan por situarse en un contexto ficticio que asociamos con las películas del mismo tipo. Para avanzar en el juego, sin embargo, el jugador toma el control de un personaje en primera persona a través de un entorno tridimensional, de tal modo que la pantalla devuelve lo que el protagonista del juego está viendo en cada momento. Algunos arcades de acción resultan muy violentos; de hecho lo era ya el clásico Wolfenstein (1992), uno de los pioneros del género, en el que el objetivo era escapar de una prisión alemana durante la Segunda Guerra Mundial.