Impacto negativo de la agricultura sobre el medio ambiente


Impacto negativo de la agricultura sobre el medio ambiente

El impacto ambiental de la agricultura es el efecto que las diferentes prácticas agrícolas tienen sobre el medio ambiente. El impacto ambiental de la agricultura varía de acuerdo a los métodos, técnicas y tecnologías utilizadas, y la escala de la producción agrícola. La agricultura en general impacta sobre el suelo, el agua, el aire, la biodiversidad, las personas, las plantas y su diversidad genética, la calidad de la comida y los hábitats.

La agricultura contribuye al incremento de gases de efecto invernadero por la liberación de CO2 relacionado con la deforestación, la liberación de metano del cultivo de arroz, la fermentación entérica en el ganado y la liberación de óxido nitroso de la aplicación de fertilizantes.​ Todos estos procesos juntos componen el 54% de emisiones de metano, aproximadamente el 80% de emisiones de óxido nitroso, y casi todas la emisiones de dióxido de carbono relacionados con el uso de tierras. La agricultura industrial es la principal contribuyente de metano y óxido nitroso a la atmósfera terrestre.​ Además, la agricultura industrial impacta en el ambiente debido al uso intensivo de agroquímicos, la contaminación del agua y la aparición de zonas muertas, la degradación del suelo, la producción de desechos y la contaminación genética.

El sector agropecuario es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, que junto con los efectos del uso de tierras, están entre las principales causas del calentamiento global.​ Además de ser un importante usuario de tierras y consumidor de combustibles fósiles, la agricultura y la ganadería contribuyen directamente a las emisiones de gases de efecto invernadero por medio de las técnicas empleadas para el cultivo de granos y monocultivos, y la cría de ganado.​ El sistema agroalimentario global actual es responsable de cerca de la mitad (entre 44 % y 57 %) de todas las emisiones de gases con efecto de invernadero producidas por actividades humanas. Esta cifra se compone de la contribución de las emisiones agrícolas —las emisiones producidas en los campos de cultivo— de entre el 11 y el 15 %; un 15-18 % producidas por el cambio en el uso del suelo y la deforestación ocasionada por la agricultura; entre un 15 y 20 % de emisiones proveniente del procesamiento y el empacado de los productos agrícolas y entre un 3.5 y 4.5 % proveniente de los desechos.

La agricultura conlleva un gran consumo de agua (aproximadamente 2/3 del total) y tierra, lo cual desplaza a otras especies en el proceso.​ Los fertilizantes, plaguicidas y el estiércol empleados en la agricultura son una de las principales causas de contaminación del agua dulce. La sobrecarga de fertilizantes procedentes de los cultivos que llegan a los lagos, embalses y estanques a través de las aguas subterráneas o cursos de agua, provoca una explosión de algas que reducen el nivel de oxígeno en el agua y suprimen así a otras plantas y animales acuáticos, generando zonas muertas. Los plaguicidas matan hierbas e insectos y con ellos las especies que sirven de alimento a aves y otros animales. Los insecticidas, herbicidas y fungicidas contaminan el agua dulce y el aire con compuestos químicos que afectan al ser humano y a muchas formas de vida silvestre.

Pérdida de la biodiversidad y deforestación

La concentración parcelaria, la deforestación y el drenaje de marismas para la explotación agrícola reducen la superficie disponible para la vida silvestre y fragmentan los hábitat naturales. Los plaguicidas y herbicidas destruyen gran número de insectos y plantas no deseadas, por lo que afectan a especies más grandes que ven reducidas sus fuentes de alimentos. Estas formas de vida que se ven afectadas pueden ser importantes recicladores de nutrientes del suelo, polinizadores de cultivos y predadores de insectos dañinos. Es decir, la pérdida de biodiversidad comienza con la fase de preparación de la tierra para el desarrollo agrícola y continúa después. Esta pérdida de biodiversidad es una constante que no se reduce ni siquiera en aquellos países que valoran y protegen la naturaleza. Asimismo, la degradación de la tierra, la salinización y el exceso de extracción de agua provocados por la agricultura afectan a la base de su propio futuro.

Muchos de estos problemas van agotando y desertizando el suelo, obligando a abandonar unos terrenos para arar otros nuevos que, a su vez, se agotan, creando un círculo vicioso que va destruyendo el entorno. Un ejemplo claro es la progresiva deforestación de la selva del Amazonas.

Emisión de gases de efecto invernadero

La agricultura es también una importante fuente de contaminación del aire y de gases de efecto invernadero. El amoniaco es una de las causas principales de la lluvia ácida que daña los árboles, acidifica los suelos, los lagos y los ríos, perjudicando la biodiversidad. Las emisiones de amoniaco procedentes de los fertilizantes minerales representan aproximadamente el 16% y la combustión de biomasa y residuos de cultivos el 18%. Asimismo, la combustión de biomasa de plantas provoca la emisión de otros potentes contaminantes del aire, como dióxido de carbono, óxido nitroso y partículas de humo. Los seres humanos son responsables aproximadamente del 90% de la combustión de biomasa, principalmente por la quema deliberada de vegetación forestal, asociada con la deforestación, y residuos de pastos y cultivos para favorecer el crecimiento de nuevos cultivos y destruir hábitats de insectos dañinos. El cultivo de arroz es otra fuente agrícola importante de metano, que representa aproximadamente una quinta parte del total de las emisiones.

Erosión y uso del suelo

La agricultura, especialmente la agricultura intensiva o industrial, tiene un impacto negativo sobre el suelo. Entre los problemas frecuentes se pueden mencionar:

  • Erosión del terreno
  • Agotamiento de minerales del suelo
  • Salinización del suelo en zonas secas
  • Competencia entre los agrocombustibles y la alimentación

Agroquímicos

Los pesticidas, herbicidas y otro tipo de agroquímicos afectan de varias maneras al ecosistema. Algunas de estos problemas incluyen:

  • Contaminación por nitrógeno y fósforomagnesio en ríos, lagos y aguas subterráneas
  • Contaminación por residuos de pesticidas del suelo, agua y aire
  • Causar desequilibrios en la biota por el uso indiscriminado de pesticidas

Otros problemas

  • Contaminación por desechos orgánicos

Fuente: Wikipedia

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