El turismo es uno de los pilares de la economía española, al constituirse en el sector económico que más riqueza aporta al conjunto de la economía nacional y la mayor fuente de entrada de divisas desde el exterior. Su ubicación geográfica, sus costas bañadas por distintos mares y océanos, sus diversos climas y paisajes y su acervo cultural, han hecho del país uno de los principales destinos internacionales del mundo. La extraordinaria variedad de servicios e infraestructura de su industria turística ha situado a España en varias ocasiones como el país más competitivo del mundo en este sector. La Organización Mundial del Turismo tiene su sede en Madrid.
España es desde la década de 1960 uno de los países más visitados del mundo y la cantidad de turistas no ha parado de crecer en el último medio siglo –los visitantes se duplicaron entre 1998 y 2018–. En 2019, España fue el segundo país más visitado del mundo, con más de 83 millones de turistas, casi la mitad de los cuales procedieron de Reino Unido —18 millones de turistas en 2019—, Alemania y Francia. Cataluña es con diferencia la región más visitada, con cerca de 19 millones de turistas en 2019, seguida de las Islas Baleares y Canarias (13 millones cada una), que junto a Andalucía (12 millones) y la Comunidad Valenciana (9 millones) forman el grupo de comunidades más populares entre los turistas internacionales.
El sector turístico aportó a la riqueza nacional lo equivalente al 12,4 % del PIB y generó más de un millón de empleos directos en 2019. El turismo internacional supone para España una fuente de entrada masiva de divisas, que sumaron 79 700 millones de dólares en 2019, el segundo monto más importante del mundo, solo superado por Estados Unidos. Descontado el gasto de los turistas españoles en el extranjero, el país obtuvo un saldo positivo de 52 000 millones de dólares en 2019 según la OMT, el segundo mayor del mundo.