El sistema operativo como interfaz de usuario


El sistema operativo como interfaz de usuario

Aparte de infundir vida al hardware y permitir la ejecución de programas, el sistema operativo debe, obviamente, proporcionar al usuario medios para comunicarse con el ordenador. Cuando termina de cargarse, todo sistema operativo muestra en la pantalla una serie de iconos o áreas que podemos pulsar con el ratón, o con el dedo en los sistemas operativos para móviles y tabletas. Simplificando, podemos decir que tal pantalla constituye la interfaz gráfica de usuario (GUI, Graphical User Interface) del sistema operativo. Los usuarios comunes suelen de inmediato pulsar el icono del programa con el que van a trabajar o a pasar el rato, y una vez abierto, interaccionan con sus iconos y menús, es decir, con la GUI de dicho programa.


*Ayuda para el comando DIR en MS-DOS

Los primeros sistemas operativos carecían de interfaz gráfica. La apariencia del antiguo MS-DOS de Microsoft (1981), por ejemplo, era sumamente lúgubre: una pantalla negra con un prompt en letras blancas que esperaba la introducción de las órdenes a través del teclado. Su manejo requería aprender de memoria multitud de comandos, así como los conceptos y la sintaxis asociada a los mismos.

El mérito de llevar las interfaces gráficas a los sistemas operativos domésticos ha de atribuirse al ímpetu innovador del fundador de Apple, Steve Jobs: en el ámbito de la informática personal, el sistema operativo del modelo Macintosh (1984) fue el primero que se manejaba pulsando con el ratón los iconos, menús y ventanas de la interfaz. Resulta inevitable ver el posterior Windows de Microsoft como una imitación; en cualquier caso, la aparición de las interfaces gráficas, que permitían interactuar con el ordenador de manera intuitiva, contribuyó decisivamente a la popularización de la informática. Actualmente incluso las distribuciones de GNU/Linux, antaño crípticas y austeras, incorporan interfaces gráficas de diseño extremadamente atractivo.


*Interfaz gráfica del Macintosh (1984)

Aunque pasen la mayor parte del tiempo en los programas, los usuarios acuden a la interfaz gráfica del sistema operativo para realizar muchas operaciones comunes: instalar un nuevo programa o dispositivo, organizar sus ficheros en carpetas o copiar documentos a un lápiz de memoria o fotografías desde una cámara. Los avezados acuden también al mismo para tareas de personalización o mantenimiento, como crear iconos o accesos directos a los programas, personalizar el aspecto del escritorio, de fragmentar el disco duro o efectuar copias de seguridad de sus archivos o de todo el sistema. Gracias a las interfaces gráficas y a la automatización de muchos procesos, todas estas tareas pueden efectuarse fácilmente sin apenas conocimientos previos.


 

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