Densidad y marco de plantación del olivo


Densidad y marco de plantación del olivo

Si la disponibilidad de agua y nutrientes son suficientes, entonces es la luz el factor a tener en cuenta para que la plantación del olivar sea correcta. Es importante que las hojas del árbol estén correctamente iluminadas, lo que se consigue con una adecuada densidad de árboles por unidad de superficie y su correcta disposición según la orientación. La densidad deberá estar comprendida entre 200 y 300 árboles por hectárea, para prevenir una rápida entrada en producción y un buen mantenimiento de la productividad después en su edad adulta. Cuando el número de olivos plantados es superior a 300 por hectárea, deberemos emplear marcos rectangulares en la posición, para evitar que unos árboles den sombra a sus inmediatos, o sea, que hemos de disponer los árboles de forma que su sombra se proyecte sobre las calles, y no sobre los cercanos, operación que se consigue orientando la calle ancha en dirección norte-sur.

Hay que tener también en cuenta que la anchura de las calles entre árboles permita bien el paso de la maquinaria para la realización de las labores. Una anchura de calle comprendida entre 7 y 8 m, y una separación entre plantas de 5 a 7 m, nos dará buen resultado.

A principios de los años 1990 del pasado siglo se comenzaron a plantar en España parcelas con densidades de hasta 2000 olivos por hectárea, es lo que se vino a llamar olivar superintensivo o en seto (el marco de plantación más habitual es el de 3,75 m x 1,35 m). Con estas altas densidades se consiguió aumentar la producción por hectárea, adelantar la entrada en cosecha (a partir del tercer año) y mecanizar integralmente la recolección del fruto mediante cosechadoras similares a las usadas en vid. Esta “revolución” presenta también una cierta desventaja tal como un alto coste de implantación (sobre 9000 euros por hectárea) o la cantidad de agua necesaria para el riego. Existen variedades de olivos especialmente adaptadas al cultivar en seto, entre las más utilizadas están la Arbequina, la Koroneiki o la Arbosana. Actualmente el olivar superintensivo está demostrando ser la forma de cultivo del olivo más rentable.

España cuenta con la mayor reserva de olivos de Europa.

La precocidad o entrada en producción del olivar depende de la variedad, el medio edafoclimático y las prácticas culturales (densidad de plantación, riego, fertilización, poda, control de malezas, plagas y enfermedades). Normalmente, bajo condiciones idóneas de crecimiento, el olivar inicia su producción entre el tercer y quinto año desde la plantación, alcanzando la plena producción al octavo a décimo año. Es imprescindible practicar una buena poda de formación, de producción y de renovación, para mantener una alta producción de frutos después de los 25 a 30 años de vida del árbol, la cual se puede prolongar por más de cien años. La diferencia entre aceituna y oliva estriba fundamentalmente en que: mientras la primera es el nombre genérico con el que se designa el fruto del olivo como tal, la segunda responde únicamente a aquellas variedades destinadas a la producción de aceite o su consumo en mesa.


Fuente: Wikipedia

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