Cultura de España


Patrimonio de la Humanidad

España es el cuarto país del mundo —junto a Francia— tras Italia, China y Alemania con más monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En 2021, contaba con 49 bienes declarados, incluyendo Monte Perdido y el valle del Coa y Siega Verde, compartidos con Francia y Portugal respectivamente.

Por otro lado, España cuenta con 17 bienes culturales inmateriales, lo que la convierte en el primer país de Europa con un mayor número de bienes declarados en la lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Esta característica del patrimonio Español promovió que desde las distintas administraciones del Estado se elaborara una ley específica para su protección, la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español. Esta ley, aún en vigor, busca la protección de todo bien cultural declarado o no, susceptible de ser de interés público. Emplaza a todas las instituciones que forman parte del estado español o asociaciones culturales a colaborar en el mantenimiento o descubrimiento de este patrimonio cultural, tanto de inmuebles como de bienes muebles, invitando a toda la sociedad a elaborar un censo y catálogo del patrimonio protegido o que se deba proteger.


Arte

Los diferentes pueblos que pasaron por España a lo largo de la Historia, la situación fronteriza de la península ibérica entre dos continentes con tradiciones culturales diversas, el largo período de influencia política de la monarquía hispánica, y la expansión de la misma en el continente americano, han determinado que el acervo cultural y artístico de España sea uno de los más ricos, variados e influyentes de Occidente. Destaca la gran riqueza patrimonial que conserva España, tanto en yacimientos arqueológicos, templos, palacios, fortalezas, jardines históricos, conjuntos urbanos monumentales, patrimonio etnográfico o museos, como en otra serie de manifestaciones culturales.

España ha sido cuna de grandes autores en prácticamente todas las disciplinas artísticas, siendo muy relevante la aportación española al campo de la pintura, con una gran influencia en el desarrollo de numerosos movimientos artísticos europeos y norteamericanos. Debido a su diversidad histórica, geográfica y generacional, el arte español ha conocido también un gran número de influencias exteriores. La herencia mediterránea, con influencias grecorromanas, pero también moriscas, especialmente en Andalucía, sigue siendo evidente en la actualidad. Las principales corrientes europeas que influyeron en el arte español provinieron de Italia, Alemania y Francia, especialmente durante los períodos renacentista, el barroco español y el periodo neoclásico. En el país también nacieron algunos estilos autóctonos, como el arte y la arquitectura prerrománica, la arquitectura herreriana o el gótico isabelino. El llamado Siglo de Oro vio a pintores universales como El Greco, Ribera, Murillo y Zurbarán, entre otros. También en el período barroco, Diego Velázquez creó algunos de las más célebres pinturas españolas, como Las Meninas y Las Hilanderas.

Asimismo, entre los pintores españoles de la época contemporánea, destacan genios de significación universal como Francisco de Goya —que pintó durante un período histórico que incluye la Guerra de la Independencia española, las luchas entre liberales y absolutistas y el surgimiento de los estados-nación contemporáneos—, Joaquín Sorolla, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Juan Gris y Joan Miró. Toda esta riqueza artística se encuentra ampliamente representada en las pinacotecas españolas, entre las que figuran algunas de las mejores y más visitadas del mundo, como el Museo del Prado, el Museo Reina Sofía,​ y el Museo Thyssen-Bornemisza, que juntos forman el llamado «triángulo del arte», uno de los núcleos artísticos de más relevancia en el mundo.


Literatura

La literatura de España incluye no solo la tradición literaria en castellano, sino las manifestaciones literarias del resto de lenguas españolas, como la catalana, gallega y vasca, así como la literatura hispanolatina clásica, judeoespañola o hispanoárabe. En su contexto histórico, la literatura española abarca desde las primeras expresiones poéticas conservadas en lengua vernácula hasta la literatura de nuestros días. La literatura de España tiene su origen en la literatura romana, mientras que la literatura de Hispanoamérica tiene su origen en la española y es una de las principales manifestaciones de la literatura en español, con unas características propias que se fueron fraguando desde la colonización española de América.

La conquista romana de la península ibérica, iniciada en el siglo iii a. C. trajo la cultura latina a la actual España. La llegada de los musulmanes en el 711 d. C. trajo las culturas de Oriente Próximo y Lejano Oriente. En la literatura española medieval, los primeros ejemplos registrados de una literatura vernácula mezclan la cultura musulmana, judía y cristiana. Una de las obras notables es el poema épico Cantar de Mio Cid, escrito en 1140, sin embargo, las Glosas Emilianenses son el primer testimonio de un escrito en lengua romance de la península ibérica. Ya en el barroco y el Siglo de Oro de la literatura en castellano, surgieron los nombres imprescindibles y de influencia universal de Mateo Alemán, Alonso de Ercilla, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Baltasar Gracián, Lope de Vega, Tirso de Molina y Pedro Calderón de la Barca. De esta época fue también Miguel de Cervantes, probablemente el autor más universal del país gracias a su obra magna, Don Quijote de la Mancha, clásico fundador de la literatura occidental. Posteriormente, durante el reinado de Carlos III, etapa del despotismo ilustrado, la influencia francesa se notó en la literatura española del siglo xviii. Entre los autores más representativos de este periodo están Gaspar Melchor de Jovellanos, Leandro Fernández de Moratín, Ramón de la Cruz, José Cadalso y Benito Jerónimo Feijoo. Durante el romanticismo, a principios del siglo xix, los más importantes son: la poesía de José de Espronceda y otros poetas y el teatro de Ángel de Saavedra (duque de Rivas) y José Zorrilla, entre otros autores. En el realismo (finales del siglo xix), mezclado con el naturalismo, los temas importantes son la novela, con Juan Valera, José Maria de Pereda, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Leopoldo Alas, Armando Palacio Valdés y Vicente Blasco Ibáñez.

En el modernismo aparecen varias corrientes como el parnasianismo, el simbolismo, el futurismo y el creacionismo. Paralelo al llamado «Desastre del 98» surgió un grupo de escritores jóvenes agrupados en la llamada Generación del 98, entre los que se encontraban Miguel de Unamuno, Pío Baroja y José Martínez Ruiz. Entre las voces principales de principios del siglo xx se encuentran también los autores pertenecientes a la Generación del 14, como el poeta Juan Ramón Jiménez, los académicos y ensayistas Ramón Menéndez Pidal, Gregorio Marañon, Manuel Azaña, Eugeni d’Ors y Ortega y Gasset, además de los novelistas Gabriel Miró, Ramón Pérez de Ayala, Ramón Gómez de la Serna y el dramaturgo Pedro Muñoz Seca.

Hacia 1920, un grupo de escritores más jóvenes, principalmente poetas, comenzaron a publicar obras que desde el principio revelaron hasta qué punto los artistas más jóvenes estaban absorbiendo la experimentación literaria de los escritores de 1898 y 1914. Entre estos autores, que por su estrecho vínculo conformarían la Generación del 27, se encuentran los nombres de Pedro Salinas, Federico García Lorca, Jorge Guillén, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, entre otros. Novelistas como Rosa Chacel, Francisco Ayala y Ramón J. Sender fueron igualmente experimentales y académicos. Esta extraordinaria época en cuanto a producción literaria ha llevado a denominarla en ocasiones como «Edad de Plata de las letras españolas».

La guerra civil española tuvo un impacto devastador en la escritura española. Entre los pocos poetas y escritores de la guerra civil, destaca Miguel Hernández. Durante las dos primeras décadas de dictadura, la literatura siguió la visión reaccionaria del dictador Francisco Franco de una «segunda edad de oro española» y muchos de los máximos exponentes literarios marcharon al exilio. A mediados de la década de 1950, como en la novela, una nueva generación que solo había experimentado la guerra civil española en la infancia estaba llegando a la mayoría de edad. A principios de la década de 1960, los autores españoles se encaminaron hacia una experimentación literaria incansable. Cuando Franco murió en 1975, la importante labor de instaurar la democracia tuvo un impacto literario inmediato. En los próximos años, jóvenes escritores como Juan José Millás, Rosa Montero, Javier Marías, Cristina Fernández Cubas, Enrique Vila-Matas, Carme Riera y más tarde Antonio Muñoz Molina y Almudena Grandes, comenzarían a conquistar un lugar destacado.


Arquitectura

Gracias a su variedad geográfica e histórica, España muestra una gran diversidad en su arquitectura. Aunque las obras más primitivas datan del Megalítico las obras de la Edad Antigua más imponentes son las procedentes de la época romana, entre las que destacan por su magnificencia el acueducto romano de Segovia, las ruinas romanas de Mérida o el puente de Alcántara. Los siete siglos de presencia islámica en la península dejaron un rico patrimonio artístico —Córdoba se erigió en capital cultural del califato Omeya—, con monumentos de gran interés como la mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada. Paralelo al desarrollo arquitectónico musulmán, en el norte cristiano se desarrolló en primer término el estilo prerrománico, aún alejado del resto de corrientes de Europa Occidental, aunque posteriormente se construyeron importantes representantes del estilo románico y gótico, como las catedrales de Toledo, Barcelona, León y Burgos. En el Renacimiento destacó el estilo sui géneris conocido com plateresco, cuyo monumento más representativo es la Universidad de Salamanca.

El barroco en España ocupó un lugar muy importante y, contemporáneo con las épocas más gloriosas y prolíficas del arte español, acabó extendiéndose significativamente a las colonias españolas en América, en especial a Nueva España y Perú. Del barroco surgen dos visiones diferentes: por un lado el austero estilo herreriano —concebido por el arquitecto Juan de Herrera— cuya obra cumbre es el Monasterio del Escorial, y por otra parte, el sobrecargado y desbordado estilo churrigueresco —de la familia Churriguera—. En Galicia, del barroco surgió un estilo único conocido como «barroco compostelano». El neoclasicismo se extendió gracias a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero sus postulados tuvieron menos éxito en España que el expresivo barroco. Su figura principal fue Juan de Villanueva, que adaptó las ideas de Edmund Burke y construyó el Museo del Prado (planeado como Gabinete de Ciencias), el observatorio astronómico de El Retiro o el Real Jardín Botánico de Madrid.

Ya en la Edad Contemporánea, el modernismo jugó un importante papel con amplia repercusión internacional. Centrado en Barcelona, convertida en un polo internacional de las corrientes arquitectónicas más innovadoras, el modernismo revolucionaría los esquemas tradicionales. El máximo exponente de esta corriente fue Antoni Gaudí, cuya construcción más destacada, dentro de su prolífica obra, fue la Sagrada Familia. Tras la muerte de Francisco Franco y la restauración de la democracia, se abrió un periodo de optimismo arquitectónico en España. El regionalismo crítico se convirtió en la escuela dominante, al tiempo que el flujo de dinero de la UE, el turismo de masas y una economía en ascenso resultaron en un campo fértil para la arquitectura nacional, con una generación de nuevas personalidades representadas por nombres como Enric Miralles, Rafael Moneo, Ricardo Bofill, Carme Pinós y Santiago Calatrava.


Fiestas oficiales

El calendario de fiestas oficiales se fija cada año, dependiendo de la distribución semanal. El repertorio de fiestas comunes para toda España son las siguientes:

Fecha Nombre Notas
1 de enero Año Nuevo Festividad internacional.
6 de enero Epifanía del Señor Festividad católica. Día de Reyes.
marzo o abril Viernes Santo Festividad cristiana.
1 de mayo Día de los Trabajadores Festividad internacional.
15 de agosto Asunción de la Virgen Festividad católica.
12 de octubre Fiesta Nacional Conmemoración del descubrimiento de América.
1 de noviembre Día de Todos los Santos Festividad católica.
6 de diciembre Día de la Constitución Conmemoración del referéndum para la ratificación de la Constitución española.
8 de diciembre Inmaculada Concepción Festividad católica. Patrona de España para la Iglesia católica.278
25 de diciembre Natividad del Señor Festividad cristiana. Día de Navidad, conmemoración del nacimiento de Jesús de Nazaret.

Según el Real Decreto Legislativo 2/2015, de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, cuatro días festivos son fijos y de ámbito nacional: Año Nuevo, Fiesta del Trabajo, Fiesta Nacional y Natividad del Señor. Son no laborables siempre en sus respectivos días, excepto cuando caen en domingo; en ese caso son traspasadas al lunes.

Además de diez festividades nacionales, cada comunidad autónoma puede fijar dos días festivos, aparte de la propio festividad de la comunidad autónoma, y cada municipio otros dos, de tal forma que el máximo de días festivos en cualquier localidad no exceda de catorce.

Festividades religiosas de ámbito público

La Semana Santa es una festividad religiosa de gran peso social en España. En la imagen, Exaltación de la Cruz en la Procesión de los Pasos frente a la catedral de León

La religión católica ha sido la predominante en España en los dos últimos milenios. Así pues, es significativo el papel festivo que desempeña en numerosos pueblos y ciudades.

Las festividades religiosas de ámbito público que destacan son aquellas relacionadas con la Pasión de Cristo, con veinte semanas santas declaradas Fiestas de Interés Turístico Internacional, y la Pascua, especialmente Pentecostés y Corpus Christi.


Tauromaquia

En España se conserva la tradición de realizar diversos espectáculos taurinos, tales como encierros o corridas de toros, que son seña de identidad de numerosas fiestas populares.

Las plazas de toros se distribuyen por categorías. Las diez de primera categoría son: Las Ventas de Madrid; Real Maestranza de Sevilla; La Misericordia de Zaragoza; la plaza de toros de Valencia; La Malagueta de Málaga; la Monumental de Barcelona; la Monumental de Pamplona; Vista Alegre de Bilbao; la plaza de toros de los Califas de Córdoba; e Illumbe de San Sebastián.


Deportes

El deporte en España es dominado, principalmente, por el fútbol (desde el siglo xx), el baloncesto, el ciclismo, el tenis, el fútbol sala, el balonmano, y los deportes de motor, siendo el atletismo el más practicado. España es una potencia mundial en el ámbito deportivo, sobre todo desde los Juegos Olímpicos de Verano de Barcelona 1992, que promocionó gran variedad de deportes en el país. El país es un gran atractivo turístico debido a sus infraestructuras deportivas, como las instalaciones para deportes acuáticos, golf y esquí. Tanto en deportes individuales como de equipo, el país ha dado nombres de gran relevancia, también en el fútbol, el deporte más seguido del país —el ciclismo rivalizó con él en popularidad hasta finales del siglo xx— con clubes como el Real Madrid CF o el F.C. Barcelona, dos de los más importantes de la historia de este deporte y con más seguidores en todo el mundo.

España ocupa la posición número trece en la clasificación mundial de las grandes naciones del deporte, un estudio anual realizado por Havas Sports y Entertainment en el que se establece una jerarquía anual de las diferentes naciones con arreglo a sus resultados en las competiciones mundiales de 52 deportes.

El país ha tenido campeones del mundo en deportes como esgrima, pádel, fútbol sala, waterpolo, vela, boxeo, gimnasia rítmica, balonmano, atletismo, fútbol, baloncesto o bádminton. Asimismo, España es una potencia mundial en las artes marciales, especialmente karate, taekwondo y judo.


 

Deja un comentario