Cámara acorazada y reservas de oro del Banco de España


Cámara acorazada y reservas de oro del Banco de España

*Evolución de las reservas de oro del Banco de España (1957-2015)

El Banco de España posee 9,1 millones de onzas troy de oro (unas 283 toneladas) (2019),​ que se encuentran depositadas en sus propias cámaras acorazadas y en diferentes entidades de Londres y Nueva York.​ En 2004 la reserva total de este metal ascendía a cerca de 17 millones de onzas troy. En el año 2005 se finaliza con 14,7 millones; en 2006, con 13,4 millones, y en diciembre de 2007, tras la venta de una gran parte de las reservas con la reserva actual de 9,05 millones de onzas troy, equivalente a 281,5 toneladas de oro (véase gráfico).​ De acuerdo con datos del FMI, España ocupa el puesto 20.º dentro de las 40 mayores reservas de oro del mundo (a julio de 2015).

Las obras de construcción de la cámara acorazada para la custodia del oro se enmarcaron dentro del proyecto de remodelación del edificio del Banco de España concebido por el arquitecto José Yarnoz Larrosa. Las obras comenzaron a finales de 1932, y terminaron dos años y medio después, con 260 obreros trabajando en tres turnos. La iniciativa del proyecto partió del Subgobernador Pedro Pan, y su coste aproximado fue de 9 millones y medio de pesetas. La inauguración (junto con la del resto de la ampliación), tuvo lugar poco antes de la Guerra Civil, durante la cual sirvió como refugio contra los bombardeos a las familias que habitaban el edificio del banco. La cámara se encuentra a 48 metros de profundidad y su superficie es de 2500 metros cuadrados. Su diseño parece inspirarse en una construcción similar de la caja acorazada de la Caja de Ahorros de Viena.

La construcción es de hormigón armado y cemento fundido. Las obras requirieron minuciosos estudios geológicos y análisis de los materiales que iban a utilizarse. En la construcción fue necesario entubar y desviar las aguas colgadas presentes en el subsuelo, a 25 m. de profundidad y que presionan las paredes de la cámara. Esta agua corresponde a los arroyos de Las Pascualas (que corre casi a nivel de superficie a lo largo de la Castellana y que fue, en su día, canalizado) y de Oropesa (subterráneo, baja por Alcalá), el mismo que alimenta la fuente de la Cibeles.

El acceso a la cámara se realiza a través de varias puertas acorazadas, la primera de las cuales pesa alrededor de dieciséis toneladas y fue fabricada en Pennsilvania, Estados Unidos, por la empresa Cofres York. Las demás puertas más pequeñas, pero también acorazadas, fueron fabricadas por la misma casa. Su peso oscila entre las quince y las ocho toneladas. El descenso de estas puertas, debido a su peso, fue muy costoso. Los cables de acero que se emplearon quedaban tan deteriorados que solo pudieron ser utilizados una vez y hubo que contratar personal especializado. La puerta acorazada tiene una tolerancia ínfima (de décimas de milímetro), por lo que cualquier impureza en el arco impide que encaje correctamente y que puedan activarse los puntos de anclaje. Además, la puerta es de acero, pero no inoxidable, por lo que hay que cuidar mucho su mantenimiento. Siempre debe estar cubierta de una fina capa de vaselina para evitar que se oxide.

Las medidas de seguridad en todos los accesos a la cámara son extremas. Además de las puertas acorazadas, hay rejas de seguridad y nunca se abre una puerta sin haber cerrado previamente la anterior. En caso de emergencia, se acciona una alarma que libera el agua subterránea que fue canalizada en la obra, inundando este acceso a voluntad. Nunca se ha utilizado este mecanismo, ya que en los ochenta años de vida de la cámara nunca ha habido un intento de acceso no autorizado.

La cámara del oro, propiamente dicha, alberga la colección numismática del Banco de España, solo comparable a las del Museo Arqueológico o de la Real Casa de la Moneda, y parte de las reservas de oro.

La mayoría de las monedas que componen esta colección proceden de las suscripciones populares realizadas durante la guerra civil (donativos, en ocasiones voluntarios) para la financiación del ejército y de los depósitos constituidos a partir del año 37, a raíz del Decreto de Nacionalización de Divisas y Oro. Este decreto obligaba a todos los ciudadanos a entregar el oro en pasta o amonedado que tuvieran en su poder para reponer las reservas de oro que el gobierno republicano había enviado a Moscú como pago por los suministros bélicos. Estas entregas se realizaron en forma de depósitos. La mayoría de ellos no son recuperables porque los depositantes optaron por cobrar en efectivo el valor en oro de sus monedas. Otros, cuyas monedas tenían un valor numismático o sentimental, prefirieron mantener el depósito con la esperanza de recuperarlas cuando lo permitiese la normativa. Aún se siguen devolviendo algunos de estos últimos, siempre que el reclamante pueda acreditar su derecho sobre el depósito.

La colección, de gran valor numismático, está formada por más de medio millón de piezas e incluye monedas de muy diversa procedencia, ya que recoge no solo la historia numismática de la península ibérica, sino que también hay piezas griegas, romanas, bizantinas, de la América hispana, francesas y británicas. Así mismo, cuenta con una completa colección de dólares de oro, acuñados desde el siglo XVII. También hay una colección, menos numerosa, de piezas de plata.


Fuente: Wikipedia

Deja un comentario