Esculturas urbanas de Madrid


Esculturas urbanas de Madrid

Fuente de Cibeles, una de las imágenes icónicas de Madrid.​

Las calles de Madrid son un verdadero museo de escultura al aire libre. Desde el siglo xviii, el espacio del Salón del Prado se adornó con un programa iconográfico de fuentes monumentales con referencias clásicas: la fuente de la Alcachofa, las Cuatro Fuentes, la fuente de Neptuno, la fuente de Apolo y la fuente de Cibeles, todas ellas diseñadas por Ventura Rodríguez. En las tres puertas del Museo del Prado se encuentran las estatuas dedicadas a Murillo (Sabino Medina), Velázquez (Aniceto Marinas) y Goya (Mariano Benlliure); y a continuación, en la Plaza de la Lealtad se encuentra el Obelisco a los caídos por España con una llama de fuego encendida permanentemente. A continuación del Salón de Prado, en el paseo de la Castellana se encuentra una serie de estatuas de literatos españoles en las escalinatas de la Biblioteca Nacional (y en su interior, una destacable de Marcelino MenéndezPelayo). En el paseo de la Castellana se sitúan notables estatuas del siglo xix y xx como la estatua de Colón, el monumento a Castelar (de Mariano Benlliure, prolífico escultor que tiene mucha obra expuesta en calles, edificios y en el Panteón de Hombres Ilustres de Madrid), la Mano de Fernando Botero, el Monumento a la Constitución (un cubo de mármol de Macael –Almería–), el Monumento a José Calvo Sotelo (en la plaza de Castilla) y el llamado Museo de Escultura al aire libre de la Castellana, dedicado a obras abstractas, entre las que destaca la Sirena varada (de Eduardo Chillida) y Unidades Yunta (de Pablo Serrano). En el Paseo de la Castellana también se localizan Importantes esculturas del siglo xxi: en la plaza de Castilla destaca el Obelisco de Calatrava, y en la plaza de Colón se erigen la Rana de la Fortuna (de Eladio de Mora) y la cabeza Julia (de Jaume Plensa).

Pablo Serrano: Unidades-yunta, Madrid (1972)

Las esculturas ecuestres son particularmente importantes en la ciudad. Cronológicamente, destacan dos esculturas del siglo xvii: la de Felipe III, en la Plaza Mayor (obra de Giambologna) y la de Felipe IV en la plaza de Oriente (una de las estatuas más importante de Madrid por ser considerada como la primera estatua ecuestre del mundo sujetada únicamente por las patas traseras del caballo) proyectada por Velázquez y construida por Pietro Tacca con asesoramiento científico de Galileo Galilei. En la Puerta del Sol se encuentra una escultura ecuestre de Carlos III, realizada sobre un diseño del siglo xviii.Y, del siglo xix son la estatua de Espartero (en la calle de Alcalá frente al Retiro) y la del Marqués del Duero (en el Paseo de la Castellana). En Nuevos Ministerios estuvo la estatua ecuestre de Francisco Franco (de José Capuz), que se retiró en 2004 por decisión del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, suscitando algún escándalo y coincidiendo con el debate sobre memoria histórica.

En el centro de la ciudad de Madrid se encuentran importantes zonas escultóricas con notables monumentos: en la plaza de Oriente se exhibe una serie de reyes de España desde los visigodos y los distintos reinos cristianos medievales, que fueron bajados de la cornisa del Palacio Real de Madrid donde previamente se habían colocado, a consecuencia, según una versión, de un sueño premonitorio de la reina Isabel de Farnesio, en el que vio como las estatuas se venían abajo, lo que interpretó como una caída de la monarquía. La otra versión dice que el motivo fueron los problemas de cimentación que se vio que su considerable peso podía causar, por lo que fueron sustituidas por adornos más ligeros. Otras de estas estatuas se conservan en los Jardines de Sabatini, en el parque del Retiro, en el Salón de Reinos (antiguo Museo del Ejército) o en las ciudades de Burgos y Toledo.

Ángel Caído (R.Bellver, 1877) 

Otra zona escultórica es el parque del Retiro, donde se encuentra El Ángel Caído (de Ricardo Bellver), el Monumento a Alfonso XII (proyectado por José Grasés Riera), la estatua ecuestre de Martínez Campos (de Benlliure) y más escondidos los monumentos dedicados a Julio Romero de Torres y a Ramón y Cajal (Victorio Macho, 1926). Frente al Casón del Buen Retiro se alza una estatua de la reina regente María Cristina de Borbón (realizada por Benlliure) y junto a ello, dentro del Jardín Botánico se encuentra una estatua dedicada a Carlos III.

Leones del Congreso de los Diputados, erigidos en el siglo XIX

Dispersas en el centro de Madrid se encuentran muchas otras notables esculturas: en la misma Puerta del Sol, en un extremo se encuentra la escultura símbolo de Madrid El Oso y el Madroño, y en el otro extremo se sitúa la réplica de La Mariblanca (cuyo original está en el Museo de Historia). En la plaza de la Ópera se encuentra la estatua de Isabel II (que fue apartada durante la Segunda República). Otras de las esculturas más famosas de la capital son los Leones de las Cortes, hechos por Ponciano Ponzano con el bronce fundido de los cañones de la Guerra de África (1886), frente a los que se encuentra una estatua de Miguel de Cervantes. En la plaza de España se encuentra un grupo escultórico de grandes dimensiones: el Monumento a Cervantes, de Lorenzo Coullaut Valera. Otras estatuas populares de Madrid son el grupo escultórico dedicado a Daoiz y Velarde (en la plaza del Dos de Mayo, donde estuvo el cuartel de artillería de Monteleón) y la escultura de Eloy Gonzalo, conocida como «el héroe de Cascorro», que preside el Rastro de Madrid (obra de Aniceto Marinas y con pedestal del arquitecto José López Sallaberry).

La Dama del Manzanares (Manolo Valdés y Ricardo Bofill, 2003)

En época contemporánea se encuentran más ejemplos escultóricos, como La Gloria y los Pegasos del Palacio de Fomento (en Atocha), originalmente esculpidos en mármol por Agustín Querol y que fueron reemplazados por copias huecas en bronce a causa de su excesivo peso. Tras años almacenados, los Pegasos realizados en mármol fueron colocados en 1997 en la plaza de Legazpi, y La Gloria esculpida en mármol fue instalada en 1998 en la glorieta de Cádiz, en Usera. Otros ejemplos destacables son el Fénix situado en la cúspide del edificio de La Unión y el Fénix de la calle Alcalá; la Minerva del Círculo de Bellas Artes; o los aurigas del Banco Hispano Americano en la plaza de Sevilla. También, algunas estatuas de republicanos destacados fueron apartadas tras la Guerra Civil y rescatadas en democracia, como el busto de Pablo Iglesias, obra de Emiliano Barral. Otro famoso busto, el de Antonio Machado (obra de Pablo Serrano en 1966) fue esculpido durante el franquismo y tuvo que mantenerse oculto durante años, hoy instalado en la entrada de la Biblioteca Nacional.113​ Otra escultura más moderna es La Puerta de la Ilustración, una estructura de tubos semicirculares de grandes dimensiones que cruza la calzada de la avenida de la Ilustración, es realizada por Andreu Alfaro, autor también del grupo escultórico del intercambiador de Aluche. Asimismo, dispersas en Madrid también destacan importantes esculturas del siglo XXI, como La Dama del Manzanares (de Manolo Valdés y Ricardo Bofill), y monumentos conmemorativos como El abrazo de Juan Genovés, (también conocido como monumento a los abogados de Atocha en recuerdo de las víctimas de la matanza de 1977), el Monumento a las víctimas del 11M (frente a la Estación de Atocha) y El árbol de la vida (de Jaume Plensa) en memoria de las víctimas de la covid-19.

En forma de relieves, adosadas a edificios o encaramadas a sus cornisas se encuentran multitud de esculturas. En las postrimerías del barroco destacan las complejas portadas de Pedro de Ribera (la del antiguo Hospicio, hoy Museo de Historia de Madrid, y la del Monte de Piedad, además de la decoración de puente de Toledo y muchos otros edificios singulares). En otro orden de cosas, también destacan los letreros publicitarios luminosos de neón, algunos de los cuales han adquirido rango de históricos y están legalmente protegidos, como el de Schweppes en la plaza del Callao, o el de Tío Pepe en la Puerta del Sol.


Fuente: Wikipedia

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